El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

Usted esta en: El Libro de los Espíritus > LIBRO SEGUNDO — MUNDO ESPIRITISTA O DE LOS ESPIRITUS > CAPÍTULO IX — INTERVENCIÓN DE LOS ESPÍRITUS EN EL MUNDO CORPORAL > ÁNGELES GUARDIANES, ESPÍRITUS PROTECTORES, FAMILIARES O SIMPÁTICOS > 509
509. Los hombres en estado salvaje o de inferioridad moral, ¿tienen igualmente sus espíritus protectores, y en este caso son de orden tan elevado como los de los hombres muy adelantados?

«Todo hombre tiene un espíritu que vela por él; pero las misiones son relativas a su objeto. Vosotros no confiáis un niño que aprende a leer a un profesor de filosofía. El progreso del espíritu familiar corresponde al del espíritu protegido. Teniendo un espíritu protector que os vigila, podéis a vuestra vez llegar a ser el protector de un espíritu que os es inferior, y los progresos que le ayudéis a realizar contribuirán a vuestro adelanto. Dios no pide al espíritu más de lo que le permiten sus fuerzas y el grado a que ha llegado».