El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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604. Siendo siempre inferiores al hombre los animales, aunque perfeccionados en los mundos superiores, resultaría que Dios ha creado seres intelectuales perpetuamente condenados a la inferioridad, lo que parece no estar conforme con la unidad de miras y de progreso que en todas sus obras se observa.

«Todo se encadena en la naturaleza por lazos que no podéis ver aún, y las cosas en apariencia más disparatadas tienen puntos de contacto que nunca llegará a comprender el hombre en su actual estado. Puede entreverías por un esfuerzo de su inteligencia, pero sólo cuando ésta haya adquirido todo su desarrollo y se haya emancipado de las preocupaciones del orgullo y de la ignorancia, podrá ver claramente la obra de Dios. Hasta entonces sus ideas limitadas le harán ver las cosas bajo un aspecto mezquino y restringido. Entended bien que Dios no puede contradecirse, y que en la naturaleza todo se armoniza por medio de leyes generales, que nunca se separan de la sublime sabiduría del Creador»

-¿La inteligencia es, pues, una propiedad común, un pun to de contacto entre el alma de las bestias y la del hombre?

«Sí; pero los animales sólo tienen la inteligencia de la vida material. En el hombre la inteligencia da la vida moral».