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El Libro de los Espíritus > LIBRO SEGUNDO — MUNDO ESPIRITISTA O DE LOS ESPIRITUS > CAPÍTULO IX — INTERVENCIÓN DE LOS ESPÍRITUS EN EL MUNDO CORPORAL > AFECTO DE LOS ESPÍRITUS HACIA CIERTAS PERSONAS
AFECTO DE LOS ESPÍRITUS HACIA CIERTAS PERSONAS
484. ¿Los espíritus aman preferentemente a ciertas personas?
«Los espíritus buenos simpatizan con los hombres de bien o susceptibles de mejorarse; los espíritus inferiores con los hombres viciosos o que pueden llegar a serlo, y de aquí su adhesión resultado de la semejanza de sensaciones».
«Los espíritus buenos simpatizan con los hombres de bien o susceptibles de mejorarse; los espíritus inferiores con los hombres viciosos o que pueden llegar a serlo, y de aquí su adhesión resultado de la semejanza de sensaciones».
485. ¿El afecto de los espíritus hacia ciertas personas es exclusivamente moral?
«El afecto verdadero no es nada carnal; pero cuando un espíritu se aficiona a una persona. no siempre es por afecto, y alguna parte puede tomar en ello un recuerdo de las pasiones humanas».
«El afecto verdadero no es nada carnal; pero cuando un espíritu se aficiona a una persona. no siempre es por afecto, y alguna parte puede tomar en ello un recuerdo de las pasiones humanas».
486. ¿Los espíritus participan de nuestras desgracias y prosperidades? ¿Los que nos aprecian se afligen por los males que exper'imentamos durante la vida?
«Los espíritus buenos hacen todo el bien posible y gozan de todas yuestras alegrías. Se afligen por vuestros males, cuando no los soportáis con resignación; porque entonces no os producen resultado, pues venís a ser como el enfermo que rehusa por amarga la poción que ha de salvarle».
«Los espíritus buenos hacen todo el bien posible y gozan de todas yuestras alegrías. Se afligen por vuestros males, cuando no los soportáis con resignación; porque entonces no os producen resultado, pues venís a ser como el enfermo que rehusa por amarga la poción que ha de salvarle».
487. ¿Cuáles de nuestros males afligen más a los espíritus, los físicos o los morales?
«Vuestro egoísmo y vuestra dureza de corazón, pues de ahí se origina todo. Se ríen de todos esos males imaginarios que nacen del orgullo y de la ambición, y se regocijan por los que han de abreviar vuestro periodo de prueba».
Sabiendo los espíritus que no es más que transitoria la vida corporal, y que las tribulaciones que la acompañan son medios para llegar a mejor estado, deploran más las causas morales que de éste nos alejan, que los males fisicos que sólo son pasajeros.
Los espíritus se cuidan poco de las desgracias que afectan únicamente a nuestras ideas mundanas, como nosotros de los pesares pueriles de la infancia.
El espíritu que ve en las aflicciones de la vida un medio para nuestro progreso, las considera como la crisis momentánea que ha de salvar al enfermo. Compadece nuestros sufrimientos como nosotros los de un amigo; pero mirando las cosas desde más exacto punto de vista, las aprecia de distinto modo que nosotros, y mientrds los buenos nos reaniman en sentido propicio a nuestro porvenir, los otros. para comprometerlo, nos excitan a la desesperación.
«Vuestro egoísmo y vuestra dureza de corazón, pues de ahí se origina todo. Se ríen de todos esos males imaginarios que nacen del orgullo y de la ambición, y se regocijan por los que han de abreviar vuestro periodo de prueba».
Sabiendo los espíritus que no es más que transitoria la vida corporal, y que las tribulaciones que la acompañan son medios para llegar a mejor estado, deploran más las causas morales que de éste nos alejan, que los males fisicos que sólo son pasajeros.
Los espíritus se cuidan poco de las desgracias que afectan únicamente a nuestras ideas mundanas, como nosotros de los pesares pueriles de la infancia.
El espíritu que ve en las aflicciones de la vida un medio para nuestro progreso, las considera como la crisis momentánea que ha de salvar al enfermo. Compadece nuestros sufrimientos como nosotros los de un amigo; pero mirando las cosas desde más exacto punto de vista, las aprecia de distinto modo que nosotros, y mientrds los buenos nos reaniman en sentido propicio a nuestro porvenir, los otros. para comprometerlo, nos excitan a la desesperación.
488. Nuestros amigos y parientes muertos antes que nosotros, ¿nos tienen más simpatías que los espíritus que nos son extraños?
«Sin duda, y con frecuencia Os protegen como espíritus, con arreglo a su poder».
«Sin duda, y con frecuencia Os protegen como espíritus, con arreglo a su poder».
-¿Son sensibles al afecto que aún les conservamos?
«Muy sensibles; pero olvidan a los que los olvidan».