El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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783. ¿El perfeccionamiento de la humanidad sigue siempre una marcha progresiva y lenta?

«Existe el progreso regular y lento; pero cuando un pueblo no avanza bastante aprisa, Dios le suscita de vez en cuando una sacudida física o moral que lo transforma».

El hombre no puede permanecer perpetuamente en la ignorancia; porque debe llegar al fin marcado por la Providencia. Se ilustra por la fuerza de las cosas. Las revoluciones morales, como las sociales, se infiltran poco a poco en las ideas; germinan durante siglos enteros y luego, estallan de repente y hacen que se hunda el carcomido edificio del pasado, que no está ya en armonia con las nuevas necesidades y las aspiraciones nuevas.

A menudo el hombre no descubre en esas conmociones más que la confusión y el desorden momentáneos que lastiman sus intereses materiales, mas, el que levanta su pensamiento por cima de la personalidad, admira los designios de la Providencia que del mal hace salir el bien. Es la tempestad y el huracán que sanean la atmósfera, después de haberla agitado.