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El Libro de los Espíritus > LIBRO CUARTO — ESPERANZAS Y CONSUELOS > CAPÍTULO II — PENAS Y GOCES FUTUROS > NATURALEZA DE LAS PENAS Y GOCES FUTUROS > 967
967. ¿En qué consiste la felicidad de los espíritus buenos?
«En conocer todas las cosas; en no tener ni odio, ni celos, ni envidia, ni ambición, ni ninguna de las pasiones que hacen desgraciados a los hombres. El amor que los une es para ellos origen de suprema felicidad. No experimentan ni las necesidades, ni los sufrimientos, ni las angustias de la vida material; son felices por el bien que hacen. Por lo demás, la felicidad de los espíritus es siempre proporcionada a su elevación. Sólo los espíritus puros gozan de la felicidad suprema, es cierto; pero todos los otros no son desgraciados. Entre los malos y los perfectos hay una infinidad de grados en que los goces son relativos al estado moral. Los que están bastante adelantados comprenden la felicidad de los que han llegado antes que ellos; aspiran a ella, pero siendo ésta un objeto de emulación, no celosos. Saben que de ellos depende lograrla y con este fin trabajan, pero con la tranquilidad de la buena conciencia, y son felices por no tener que sufrir lo que sufren los malos».
«En conocer todas las cosas; en no tener ni odio, ni celos, ni envidia, ni ambición, ni ninguna de las pasiones que hacen desgraciados a los hombres. El amor que los une es para ellos origen de suprema felicidad. No experimentan ni las necesidades, ni los sufrimientos, ni las angustias de la vida material; son felices por el bien que hacen. Por lo demás, la felicidad de los espíritus es siempre proporcionada a su elevación. Sólo los espíritus puros gozan de la felicidad suprema, es cierto; pero todos los otros no son desgraciados. Entre los malos y los perfectos hay una infinidad de grados en que los goces son relativos al estado moral. Los que están bastante adelantados comprenden la felicidad de los que han llegado antes que ellos; aspiran a ella, pero siendo ésta un objeto de emulación, no celosos. Saben que de ellos depende lograrla y con este fin trabajan, pero con la tranquilidad de la buena conciencia, y son felices por no tener que sufrir lo que sufren los malos».