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El Libro de los Espíritus > LIBRO TERCERO — LEYES MORALES > CAPÍTULO IX — LEY DE IGUALDAD > DESIGUALDAD DE APTITUDES
DESIGUALDAD DE APTITUDES
804. ¿Por qué no ha dado Dios a todos los hombres las mismas aptitudes?
«Dios ha creado iguales a todos los espíritus; pero cada uno de ellos ha vivido más o menos, y por consiguiente ha adquirido más o menos. La diferencia proviene de su grado de experiencia y de su voluntad que es el libre albedrío. De aquí que unos se perfeccionan más rápidamente, lo cual les da aptitudes diversas. La mezcla de aptitudes es necesaria, a fin de que cada uno pueda concurrir a las miras de la Providencia, en el límite del desarrollo de sus fuerzas físicas e intelectuales. Lo que no hace uno lo hace otro, y así es como cada uno tiene su misión útil. Además, siendo los mundos solidarios unos a otros, preciso es que los habitantes de los superiores, y que en su mayor parte fueron creados antes que el vuestro, vengan a habitar a éste para daros ejempío». (361)
«Dios ha creado iguales a todos los espíritus; pero cada uno de ellos ha vivido más o menos, y por consiguiente ha adquirido más o menos. La diferencia proviene de su grado de experiencia y de su voluntad que es el libre albedrío. De aquí que unos se perfeccionan más rápidamente, lo cual les da aptitudes diversas. La mezcla de aptitudes es necesaria, a fin de que cada uno pueda concurrir a las miras de la Providencia, en el límite del desarrollo de sus fuerzas físicas e intelectuales. Lo que no hace uno lo hace otro, y así es como cada uno tiene su misión útil. Además, siendo los mundos solidarios unos a otros, preciso es que los habitantes de los superiores, y que en su mayor parte fueron creados antes que el vuestro, vengan a habitar a éste para daros ejempío». (361)
805. Al pasar de un mundo superior a otro inferior, ¿conserva el espíritu la integridad de las facultades adquiridas?
«Sí, ya lo hemos dicho; el espíritu que ha progresado no vuelve a descender. Puede elegir en estado de espíritu una envoltura más pesada, o una posición más precaria que la que tuvo; pero todo ello para que le sirva de enseñanza y le ayude a progresar». (180)
Así, pues, las diversas aptitudes del hombre no dependen de la naturaleza íntima de su creación, sino del grado de perfeccionamiento a que han llegado los espíritus encarnados en él. Dios no ha creado, por lo tanto, la desigualdad de facultades; pero ha permitido que los diferentes grados de desarrollo estuviesen en contacto, a fin de que los más adelantados pudiesen favorecer el progreso de los más atrasados, y también a fin de que los hombres, necesitándose unos a otros, comprendiesen la ley de caridad que ha de unirlos.
«Sí, ya lo hemos dicho; el espíritu que ha progresado no vuelve a descender. Puede elegir en estado de espíritu una envoltura más pesada, o una posición más precaria que la que tuvo; pero todo ello para que le sirva de enseñanza y le ayude a progresar». (180)
Así, pues, las diversas aptitudes del hombre no dependen de la naturaleza íntima de su creación, sino del grado de perfeccionamiento a que han llegado los espíritus encarnados en él. Dios no ha creado, por lo tanto, la desigualdad de facultades; pero ha permitido que los diferentes grados de desarrollo estuviesen en contacto, a fin de que los más adelantados pudiesen favorecer el progreso de los más atrasados, y también a fin de que los hombres, necesitándose unos a otros, comprendiesen la ley de caridad que ha de unirlos.