El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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122. No teniendo en su origen conciencia de si mismos, ¿cómo pueden los espíritus ser libres de elegir entre el bien y el mal? ¿Existe en ellos un principio, una tendencia cualquiera que los incline más al uno que al otro?

«El libre albedrío se desarrolla a medida que el espíritu adquiere conciencia de si mismo. Si la elección se debiese a una causa independiente de la voluntad del espíritu, no existiría libertad. La causa no reside en él, sino fuera, en las influencias a que cede en virtud de su voluntad libre, y esto significa la gran figura de la caída del hombre y del pecado original. Unos cedieron a la tentación; otros resistieron a ella».

-¿De dónde proceden las influencias que obran sobre el espíritu?

«De los espíritus imperfectos que procuran apoderarse de él y dominarle, y que se consideran felices cuando le hacen sucumbir. Esto es lo que se ha querido representar en la figura de Satanás».

-¿No sufre esta influencia el espíritu más que en su origen?

«Le persigue en su vida de espíritu, hasta que consigue dominarse de tal modo, que los malos renuncian a obsesionarle».