Usted esta en:
El Libro de los Espíritus > LIBRO TERCERO — LEYES MORALES > CAPÍTULO VI - LEY DE DESTRUCCIÓN > GUERRAS
GUERRAS
742. ¿Qué causa arrastra al hombre a la guerra?
«Predominio de la naturaleza animal sobre la espiritual y dominación de las pasiones. En estado de barbarie, los pueblos no conocen otro derecho que el del más fuerte, y de aquí que la guerra sea su estado normal. A medida que el hombre progresa, se hace menos frecuente aquélla; porque éste evita sus causas, y cuando la guerra es necesaria, el hombre la hace con humanidad».
«Predominio de la naturaleza animal sobre la espiritual y dominación de las pasiones. En estado de barbarie, los pueblos no conocen otro derecho que el del más fuerte, y de aquí que la guerra sea su estado normal. A medida que el hombre progresa, se hace menos frecuente aquélla; porque éste evita sus causas, y cuando la guerra es necesaria, el hombre la hace con humanidad».
743. ¿Desaparecerá algún día la guerra de la tierra?
«Sí, cuando los hombres comprendan la justicia, y practiquen la ley de Dios; entonces serán hermanos todos los pueblos».
«Sí, cuando los hombres comprendan la justicia, y practiquen la ley de Dios; entonces serán hermanos todos los pueblos».
744. ¿Cuál ha sido el objeto de la Providencia, haciendo necesaria la guerra?
«La libertad y el progreso».
-Si la guerra ha de producir el efecto de llegar a la libertad, ¿a qué se debe que tenga con frecuencia por fin y resultado la dominación?
«Dominación momentánea para cansar a los pueblos, a fin de hacerles llegar más pronto».
«La libertad y el progreso».
-Si la guerra ha de producir el efecto de llegar a la libertad, ¿a qué se debe que tenga con frecuencia por fin y resultado la dominación?
«Dominación momentánea para cansar a los pueblos, a fin de hacerles llegar más pronto».
745. ¿Qué debemos pensar del que suscita la guerra en beneficio suyo?
«Este es el verdadero culpable, y le serán precisas muchas existencias para expiar todos los asesinatos, que con su conducta habrá originado, porque responderá de cada hombre cuya muerte haya causado por satisfacer su ambición».
«Este es el verdadero culpable, y le serán precisas muchas existencias para expiar todos los asesinatos, que con su conducta habrá originado, porque responderá de cada hombre cuya muerte haya causado por satisfacer su ambición».