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El Libro de los Espíritus > LIBRO SEGUNDO — MUNDO ESPIRITISTA O DE LOS ESPIRITUS > CAPÍTULO VII - REGRESO A LA VIDA CORPORAL > DE LA INFANCIA > 380
380. En un niño de poca edad el espíritu, fuera del obstáculo que la imperfección de los órganos opone a su libre manifestación, ¿piensa como un niño, o como un adulto?
«Cuando es niño; natural es que, no estando desarrollados los órganos de la inteligencia, no puedan darle toda la intuición de un adulto, y tiene, en efecto, la inteligencia muy limitada, ínterin la razón es madurada por la edad. La turbación que acompaña a la encarnación, no cesa súbitamente en el acto del nacimiento y sólo gradualmente se disipa el desarrollo de los órganos».
Una observación viene en apoyo de esta respuesta, y es la de que los sueños de un niño no tienen el carácter de los de un adulto. Su objeto es casi siempre pueril, indicio de la naturaleza de las preocupaciones del espíritu.
«Cuando es niño; natural es que, no estando desarrollados los órganos de la inteligencia, no puedan darle toda la intuición de un adulto, y tiene, en efecto, la inteligencia muy limitada, ínterin la razón es madurada por la edad. La turbación que acompaña a la encarnación, no cesa súbitamente en el acto del nacimiento y sólo gradualmente se disipa el desarrollo de los órganos».
Una observación viene en apoyo de esta respuesta, y es la de que los sueños de un niño no tienen el carácter de los de un adulto. Su objeto es casi siempre pueril, indicio de la naturaleza de las preocupaciones del espíritu.