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LIBRO PRIMERO — CAUSAS PRIMERAS
CAPÍTULO I — DIOS
DIOS Y EL INFINITO
1. ¿Qué es Dios?«Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas». *
_________________
* El texto que, entre comillas, sigue a las preguntas, es la misma respuesta dada por los espíritus. Se han distinguido con otro tipo de letra las observaciones y explanaciones añadidas por el autor, cuando su confusión con el texto de la respuesta hubiera sido posible. Cuando forman capítulos enteros, se ha conservado el tipo ordinario, pues no era ya posible la confusión.
2. ¿Qué debe entenderse por lo infinito?
«Lo que no tiene principio ni fin; lo desconocido, porque todo lo desconocido es infinito».
3. ¿Podría decirse que Dios es lo infinito?
«Definición incompleta. Pobreza del lenguaje de los hombres que no basta a definir las cosas Superiores a su inteligencia».
Dios es infinito en sus perfecciones; pero lo infinito es una abstracción. Decir que Dios es lo infinito equivale a tomar el atributo por la misma cosa, y definir una que no es conocida por otra que no lo es bastante.
«Definición incompleta. Pobreza del lenguaje de los hombres que no basta a definir las cosas Superiores a su inteligencia».
Dios es infinito en sus perfecciones; pero lo infinito es una abstracción. Decir que Dios es lo infinito equivale a tomar el atributo por la misma cosa, y definir una que no es conocida por otra que no lo es bastante.
PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS
4. ¿Dónde puede encontrarse la prueba de la existencia de Dios?
«En axioma que aplicáis a vuestras ciencias: no hay efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no es obra del hombre, y vuestra razón os contestará.
Para creer en Dios, basta pasear la vista por las obras de la creación. El universo existe; luego tiene una causa. Dudar de la existencia de Dios equivaldría a negar que todo efecto procede de una causa, y sentar que la nada ha podido hacer algo.
«En axioma que aplicáis a vuestras ciencias: no hay efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no es obra del hombre, y vuestra razón os contestará.
Para creer en Dios, basta pasear la vista por las obras de la creación. El universo existe; luego tiene una causa. Dudar de la existencia de Dios equivaldría a negar que todo efecto procede de una causa, y sentar que la nada ha podido hacer algo.
5. ¿Qué consecuencia puede sacarse del sentimiento intuitivo que de la existencia de Dios tienen todos los hombres?
«Que Dios existe; porque, ¿de dónde provendría ese sentimiento si no estuviese basado en algo? También esto es una consecuencia del principio de que no hay efecto sin causa».
6. El sentimiento íntimo que de la existencia de Dios tenemos, ¿no sería resultado de la educación y producto de las ideas adquiridas?
«Si fuese así, ¿cómo tendrían el mismo sentimiento los salvajes?»
Si sólo fuese producto de la educación el sentimiento de la existencia de un ser supremo, no seria universal y, como las nociones de la ciencia, existiría únicamente en los que hubiesen recibido semejante instrucción.
7.¿Puede encontrarse la causa primera de la formación de todas las cosas en las propiedades íntimas de la ma-tena?
«Pero, ¿cuál sería entonces la causa de esas propiedades? Siempre es precisa una causa primera».
Atribuir la formación primera de las cosas a las propiedades intimas de la materia, equivaldría a tomar el efecto por la causa, pues esas mismas propiedades son un efecto que debe provenir de una causa.
«Pero, ¿cuál sería entonces la causa de esas propiedades? Siempre es precisa una causa primera».
Atribuir la formación primera de las cosas a las propiedades intimas de la materia, equivaldría a tomar el efecto por la causa, pues esas mismas propiedades son un efecto que debe provenir de una causa.
8. ¿Qué debe pensarse de la opinión que atribuye la formación primera a una combinación fortuita de la materia, esto es, al acaso?
«¡Otro absurdo! ¿Qué hombre de sano juicio puede considerar el acaso como un ser inteligente? Y además, ¿qué es el acaso? Nada».
La armonía que regula las partes del universo, revela combinaciones y miras determinadas, y por lo mismo, un poder inteligente. Atribuir la formación primera al acaso es un contrasentido; porque el acaso es Ciego y no puede producir los efectos de la inteligencia. Un acaso inteligente no seria ya el acaso.
«¡Otro absurdo! ¿Qué hombre de sano juicio puede considerar el acaso como un ser inteligente? Y además, ¿qué es el acaso? Nada».
La armonía que regula las partes del universo, revela combinaciones y miras determinadas, y por lo mismo, un poder inteligente. Atribuir la formación primera al acaso es un contrasentido; porque el acaso es Ciego y no puede producir los efectos de la inteligencia. Un acaso inteligente no seria ya el acaso.
9. ¿En qué se conoce que la causa primera es una inteligencia suprema y muy superior a todas las demás inteligencias?
«Tenéis un refrán que dice: por la obra se conoce al artífice. Pues bien, examinad la obra, y buscad el artífice. El orgullo es el que engendra la incredulidad. El hombre orgulloso no admite nada superior a si mismo. y por eso se llama espíritu fuerte. ¡Pobre ser, a quien pudiera anonadar un soplo de Dios!»
Se juzga de la potencia de una inteligencia por sus obras, y no pudiendo ningún ser humano crear lo que la naturaleza produce, la causa primera ha de ser una inteligencia superior a la humana.
Cualesquiera que sean los prodigios hechos por la humana inteligencia, tiene una causa esta misma inteligencia, y cuanto más grande sea lo que ella haga. tanto mayor ha de ser su causa primera. Esta inteligencia es la causa primera de todas las cosas, cualquiera que sea el nombre con que la haya designado el hombre.
«Tenéis un refrán que dice: por la obra se conoce al artífice. Pues bien, examinad la obra, y buscad el artífice. El orgullo es el que engendra la incredulidad. El hombre orgulloso no admite nada superior a si mismo. y por eso se llama espíritu fuerte. ¡Pobre ser, a quien pudiera anonadar un soplo de Dios!»
Se juzga de la potencia de una inteligencia por sus obras, y no pudiendo ningún ser humano crear lo que la naturaleza produce, la causa primera ha de ser una inteligencia superior a la humana.
Cualesquiera que sean los prodigios hechos por la humana inteligencia, tiene una causa esta misma inteligencia, y cuanto más grande sea lo que ella haga. tanto mayor ha de ser su causa primera. Esta inteligencia es la causa primera de todas las cosas, cualquiera que sea el nombre con que la haya designado el hombre.
ATRIBUTOS DE LA DIVINIDAD
10. ¿Puede el hombre comprender la naturaleza íntima de Dios?«No, no puede; y este es uno de los sentidos que le falta aún».
11. ¿Será dado al hombre algún día comprender el misterio de la Divinidad?
«Cuando su espíritu no esté ya ofuscado por la materia y cuando, por medio de la perfección se haya aproximado a ella, la verá y la comprenderá».
La inferioridad de las facultades del hombre no le permite comprender la naturaleza intima de Dios. En la infancia de la humanidad, confúndelo a menudo el hombre con la criatura cuyas imperfecciones le atribuye; pero a medida que en él se desarrolla el sentido moral, su pensamiento penetra mejor el fondo de las cosas, y se forma de ellas una idea más exacta y más conforme con la sana razón, aunque incompleta siempre.
12. Ya que no podemos comprender la naturaleza íntima de Dios, ¿podremos tener idea de algunas de sus perfecciones?
«De algunas si, y el hombre las comprende mejor a medida que se sobrepone a la materia; porque las entrevé con el pensamiento».
«De algunas si, y el hombre las comprende mejor a medida que se sobrepone a la materia; porque las entrevé con el pensamiento».
13. Cuando decimos que Di'os es eterno, infinito, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, soberanamente justo y bueno, ¿tenemos idea, perfecta de sus atributos?
«Desde vuestro punto de vista, si porque creéis abarcarlo todo; pero sabed que hay cosas superiores a la inteligencia del hombre más inteligente, y para las cuales carece de expresiones vuestro lenguaje, limitado a vuestras ideas y sensaciones. La razón os dice, en efecto, que Dios debe tener esas perfecciones en grado supremo; porque, si careciese de una sola de ellas, o si no las poseyese en grado infinito, no sería superior a todo, ni Dios, por lo tanto. Para ser superior a todas las cosas, Dios no ha de experimentar vicisitud alguna, ni tener ningúna de las imperfecciones que puede concebir la imaginación. »
Dios es eterno; porque, si hubiese tenido principio, hubiera salido de la nada, o hubiese sido creado por un ser anterior. Así es como, de grado en grado, nos remontamos al infinito y a la eternidad.
Es inmutable; porque, si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el universo.
Es inmaterial; es decir, que su naturaleza difiere de lo que llamamos materia, pues de otro modo no sería inmutable; porque estaría sujeto a las transformaciones de la materia.
Es único; porque, si hubiese muchos dioses, no habría ni unidad de miras, ni unidad de poder en el gobierno del universo.
Es omnipotente; porque es único. Si no tuviese el poder soberano, habría algo más poderoso que él o tan poderoso como él; no habría hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho, serían obra de otro Dios.
Es soberanamente justo y bueno. La sabiduría providencial de las leyes divinas se reveía así en las más pequerias, como en las más grandes cosas; y esa sabiduría no nos permite dudar nf de su justicia, ni de su bondad.
«Desde vuestro punto de vista, si porque creéis abarcarlo todo; pero sabed que hay cosas superiores a la inteligencia del hombre más inteligente, y para las cuales carece de expresiones vuestro lenguaje, limitado a vuestras ideas y sensaciones. La razón os dice, en efecto, que Dios debe tener esas perfecciones en grado supremo; porque, si careciese de una sola de ellas, o si no las poseyese en grado infinito, no sería superior a todo, ni Dios, por lo tanto. Para ser superior a todas las cosas, Dios no ha de experimentar vicisitud alguna, ni tener ningúna de las imperfecciones que puede concebir la imaginación. »
Dios es eterno; porque, si hubiese tenido principio, hubiera salido de la nada, o hubiese sido creado por un ser anterior. Así es como, de grado en grado, nos remontamos al infinito y a la eternidad.
Es inmutable; porque, si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el universo.
Es inmaterial; es decir, que su naturaleza difiere de lo que llamamos materia, pues de otro modo no sería inmutable; porque estaría sujeto a las transformaciones de la materia.
Es único; porque, si hubiese muchos dioses, no habría ni unidad de miras, ni unidad de poder en el gobierno del universo.
Es omnipotente; porque es único. Si no tuviese el poder soberano, habría algo más poderoso que él o tan poderoso como él; no habría hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho, serían obra de otro Dios.
Es soberanamente justo y bueno. La sabiduría providencial de las leyes divinas se reveía así en las más pequerias, como en las más grandes cosas; y esa sabiduría no nos permite dudar nf de su justicia, ni de su bondad.
PANTEÍSMO
14. ¿Dios es un ser distinto, o bien, y según opinión de algunos, es el resultante de todas las fuerzas y de todas las inteligencias del universo reunidas?
«Si así fuese. Dios no existiría; porque sería efecto y no causa, y no puede ser a la vez la una y el otro.
»Dios existe, no podéis dudarlo, y esto es lo esencial. Creedme, no paséis más allá; no os extraviéis en un laberinto del que no podríais salir. Esto no os haría mejores. sino quizá un poco más orgullosos; porque creeríais saber mucho, no sabiendo nada en realidad. Dejad, pues, a un lado todos esos sistemas, porque demasiadas cosas tenéis que más directamente os incumben, empezando por vosotros mismos. Estudiad vuestras propias imperfecciones, a fin de emanciparos de ellas, y más útil os será que querer penetrar lo impenetrable».
«Si así fuese. Dios no existiría; porque sería efecto y no causa, y no puede ser a la vez la una y el otro.
»Dios existe, no podéis dudarlo, y esto es lo esencial. Creedme, no paséis más allá; no os extraviéis en un laberinto del que no podríais salir. Esto no os haría mejores. sino quizá un poco más orgullosos; porque creeríais saber mucho, no sabiendo nada en realidad. Dejad, pues, a un lado todos esos sistemas, porque demasiadas cosas tenéis que más directamente os incumben, empezando por vosotros mismos. Estudiad vuestras propias imperfecciones, a fin de emanciparos de ellas, y más útil os será que querer penetrar lo impenetrable».
15. ¿Qué ha de pensarse de la opinión según la cual todos los cuerpos de la naturaleza, todos los seres y todos los mundos del universo son parte de la Divinidad, constituyendo en conjunto la misma Divinidad? O de otro modo, ¿qué ha de pensarse de la doctrina panteísta?
«No pudiendo el hombre hacerse Dios, quiere ser, por lo menos, una parte de Dios».
«No pudiendo el hombre hacerse Dios, quiere ser, por lo menos, una parte de Dios».
16. Los que profesan esta doctrina pretenden encontrar en ella la demostración de algunos de los atributos de Dios. Siendo infinitos los mundos, Dios es por la misma razón, infinito; no existiendo en ninguna parte el vacío o la nada. Dios está en todas partes; estando Dios en todas partes,. porque todo es parte integrante suya, da una razón de ser inteligente a todos los fenómenos de la naturaleza. ¿Qué puede oponerse a este raciocinio?
«La razón; reflexionad detenidamente, y no os será dificil reconocer el absurdo».
Esta doctrina hace de Dios un ser material que, aunque dotado de una inteligencia suprema seria en grande lo que en pequeifo somos nosotros. Transformándose sin Cesar la materia, si fuese de aquel modo, Dios no tendría estabilidad alguna; estaría sujeto a todas las vicisitudes, hasta a las necesidades de la humanidad, y crecería de uno de los atributos esenciales de la Divinidad: la inmutabilidad. Las propiedades de la materia no pueden conciliarse con la idea de Dios, sin rebajarle en nuestro pensamiento, y todas las sutilezas del sofista no conseguirán resolver el problema de su naturaleza intima. Nosotros no sabemos todo lo que es; pero sabemos lo que no puede dejar de ser, y ese sistema está en contradicción con sus más esenciales propiedades. Confunde al creador con la criatura, lo mismo absolutamente que si se pretendiese que una máquina ingeniosa fuese parte integrante del mecánico que la concibió.
La inteligencia de Dios se revela en sus obras, como ¿a del pintor en el cuadro; pero tan lejos están de ser las obras de Dios al mismo Dios, como está de ser el cuadro el pintor que lo concibió y ejecutó.
«La razón; reflexionad detenidamente, y no os será dificil reconocer el absurdo».
Esta doctrina hace de Dios un ser material que, aunque dotado de una inteligencia suprema seria en grande lo que en pequeifo somos nosotros. Transformándose sin Cesar la materia, si fuese de aquel modo, Dios no tendría estabilidad alguna; estaría sujeto a todas las vicisitudes, hasta a las necesidades de la humanidad, y crecería de uno de los atributos esenciales de la Divinidad: la inmutabilidad. Las propiedades de la materia no pueden conciliarse con la idea de Dios, sin rebajarle en nuestro pensamiento, y todas las sutilezas del sofista no conseguirán resolver el problema de su naturaleza intima. Nosotros no sabemos todo lo que es; pero sabemos lo que no puede dejar de ser, y ese sistema está en contradicción con sus más esenciales propiedades. Confunde al creador con la criatura, lo mismo absolutamente que si se pretendiese que una máquina ingeniosa fuese parte integrante del mecánico que la concibió.
La inteligencia de Dios se revela en sus obras, como ¿a del pintor en el cuadro; pero tan lejos están de ser las obras de Dios al mismo Dios, como está de ser el cuadro el pintor que lo concibió y ejecutó.
CAPÍTULO II — ELEMENTOS GENERALES DEL UNIVERSO
CONOCIMIENTO DEL PRINCIPIO DE LAS COSAS
17. ¿Es dado al hombre conocer el principio de las cosas?«No; Dios no permite que se revele todo al hombre en la tierra».
18. ¿Penetrará el hombre algún día el misterio de las cosas ocultas?
«El velo se descorre ante él a medida que se purifíca; pero para comprender ciertas cosas le son menester facultades que no posee aún».
19. ¿No puede el hombre, merced a las investigaciones científicas, penetrar algunos secretos de la naturaleza?
«La ciencia le ha sido dada para su progreso en todas las cosas; pero no puede traspasar los límites fijados por Dios».
Mientras más dable le sea al hombre penetrar esos misterios, más grande debe ser su admiración respecto del poder y sabiduria del Creador; pero, ya sea por orgullo, ya por debilidad, su misma inteligencia le hace a veces luguete de la ilusión. Amontona sistemas sobre sistemas, y cada nuevo dia le demuestra los muchos errores que ha tomado por verdades y las muchas verdades que ha rechazado como errores. Estos son otros tantos desengaños para su orgullo.
«La ciencia le ha sido dada para su progreso en todas las cosas; pero no puede traspasar los límites fijados por Dios».
Mientras más dable le sea al hombre penetrar esos misterios, más grande debe ser su admiración respecto del poder y sabiduria del Creador; pero, ya sea por orgullo, ya por debilidad, su misma inteligencia le hace a veces luguete de la ilusión. Amontona sistemas sobre sistemas, y cada nuevo dia le demuestra los muchos errores que ha tomado por verdades y las muchas verdades que ha rechazado como errores. Estos son otros tantos desengaños para su orgullo.
20. Fuera de las investigaciones de la ciencia, ¿le es dado al hombre recibir comunicaciones de un orden más elevado sobre lo que se sustrae a sus sentidos?
«Sí; y si Dios lo juzga útil, puede revelar lo que no puede enseñar la ciencia».
Por estas comunicaciones el hombre adquiere, hasta cierto punto, el conocimiento de su pasado y de su destino futuro.
«Sí; y si Dios lo juzga útil, puede revelar lo que no puede enseñar la ciencia».
Por estas comunicaciones el hombre adquiere, hasta cierto punto, el conocimiento de su pasado y de su destino futuro.
ESPÍRITU Y MATERIA
21. ¿Es eterna, como Dios, la materia, o bien fue creada por él en algún tiempo?
«Sólo Dios lo sabe. Hay, sin embargo, una cosa que debe indicaros vuestra razón, y es que Dios, tipo de amor y caridad, nunca ha estado inactivo. Por lejano que podáis figuraros el principio de su acción, ¿podéis comprenderle ocio so un segundo?»
«Sólo Dios lo sabe. Hay, sin embargo, una cosa que debe indicaros vuestra razón, y es que Dios, tipo de amor y caridad, nunca ha estado inactivo. Por lejano que podáis figuraros el principio de su acción, ¿podéis comprenderle ocio so un segundo?»
22. Generalmente se define la materia: lo que tiene extensión, lo que impresiona nuestros sentidos y lo impenetrable. ¿Son exactas estas definiciones?
«Desde vuestro punto de vista, son exactas, porque habláis únicamente respecto de lo que conocéis: pero la materia existe en estados que os son desconocidos: puede ser, por ejemplo, tan etérea y sutil, que ninguna impresión produzca en vuestros sentidos, y, sin embargo, siempre continúa siendo materia, aunque no lo sería para vosotros».
-¿Qué definición podéis dar de la materia?
«La materia es el lazo que sujeta al espíritu; es el instrumento que emplea y sobre el cual ejerce, al mismo tiempo, su acción».
Desde este punto de vista, puede decirse que la materia es el agente, el intermedio, merced al cual y sobre el cual obra el espíritu.
«Desde vuestro punto de vista, son exactas, porque habláis únicamente respecto de lo que conocéis: pero la materia existe en estados que os son desconocidos: puede ser, por ejemplo, tan etérea y sutil, que ninguna impresión produzca en vuestros sentidos, y, sin embargo, siempre continúa siendo materia, aunque no lo sería para vosotros».
-¿Qué definición podéis dar de la materia?
«La materia es el lazo que sujeta al espíritu; es el instrumento que emplea y sobre el cual ejerce, al mismo tiempo, su acción».
Desde este punto de vista, puede decirse que la materia es el agente, el intermedio, merced al cual y sobre el cual obra el espíritu.
23. ¿Qué es el espíritu?
«El principio inteligente del universo».
«El principio inteligente del universo».
-¿Cuál es la naturaleza íntima del espíritu?
«No es fácil analizar en vuestro lenguaje el espíritu. Para vosotros no es nada; porque no es una cosa palpable, pero para nosotros es algo. Sabedlo bien, nada es nada, y la nada no existe».
«No es fácil analizar en vuestro lenguaje el espíritu. Para vosotros no es nada; porque no es una cosa palpable, pero para nosotros es algo. Sabedlo bien, nada es nada, y la nada no existe».
24. ¿El espíritu es sinónimo de inteligencia?
«La inteligencia es un atributo esencial del espíritu, pero el uno y la otra se confunden en un principio común, de modo que para vosotros es una misma cosa».
25. ¿Es independiente el espíritu de la materia, o no es más que una propiedad de ésta, como los colores lo son de la luz y los sonidos del aire?
«El uno y la otra son distintos; pero es necesario la unión de ambos para que sea inteligente la materia».
-¿Es igualmente necesaria esta unión para las manifestaciones del espíritu? (Entendemos aquí por espíritu el principio de la inteligencia, haciendo abstracción de las individualidades designadas con este nombre.)
«Os es necesario a vosotros, porque no estáis organizados para percibir el espíritu sin la materia. Vuestros sentidos no han sido creados para ello».
«El uno y la otra son distintos; pero es necesario la unión de ambos para que sea inteligente la materia».
-¿Es igualmente necesaria esta unión para las manifestaciones del espíritu? (Entendemos aquí por espíritu el principio de la inteligencia, haciendo abstracción de las individualidades designadas con este nombre.)
«Os es necesario a vosotros, porque no estáis organizados para percibir el espíritu sin la materia. Vuestros sentidos no han sido creados para ello».
26. ¿Puede concebirse el espíritu sin la materia, y la materia sin el espíritu?
«Con el pensamiento se puede indudablemente».
27. ¿De este modo habrá dos elementos generales en el universo: la materia y el espíritu?
«Sí. y por encima de todo, Dios el creador, el padre de todas las cosas, y estas tres son el principio de todo lo que existe, la trinidad universal. Pero al elemento material ha de añadirse el fluido universal, que hace las veces de intermediario entre el espíritu y la materia propiamente dicha, que es demasiado grosera para que el espíritu pueda tener acción sobre ella. Aunque, hasta cierto punto, puede equiparársele al elemento material, se distingue por propiedades especiales, y si realmente fuese materia, no habría razón para que no lo fuera también el espíritu. Está colocado entre la materia y el espíritu; es fluido, como la materia es materia, susceptible. por sus innumerables combinaciones con ésta, y bajo la acción del espíritu, de producir la infinita variedad de cosas, de las cuales no conocéis más que un pequeño número. Siendo este fluido universal, primitivo o elemental, el agente que emplea el espíritu, es el principio sin el cual la materia estaría en estado perpetuo de división y jamás adquiriría las propiedades de la gravedad».
-¿Será este fluido el que llamamos electricidad?
«Hemos dicho que es susceptible de innumerables combinaciones. Los que llamáis vosotros fluido eléctrico y fluido magnético son modificaciones del universal, que, hablando propiamente, no es más que materia más perfecta, más sutil y que puede considerarse como independiente».
«Sí. y por encima de todo, Dios el creador, el padre de todas las cosas, y estas tres son el principio de todo lo que existe, la trinidad universal. Pero al elemento material ha de añadirse el fluido universal, que hace las veces de intermediario entre el espíritu y la materia propiamente dicha, que es demasiado grosera para que el espíritu pueda tener acción sobre ella. Aunque, hasta cierto punto, puede equiparársele al elemento material, se distingue por propiedades especiales, y si realmente fuese materia, no habría razón para que no lo fuera también el espíritu. Está colocado entre la materia y el espíritu; es fluido, como la materia es materia, susceptible. por sus innumerables combinaciones con ésta, y bajo la acción del espíritu, de producir la infinita variedad de cosas, de las cuales no conocéis más que un pequeño número. Siendo este fluido universal, primitivo o elemental, el agente que emplea el espíritu, es el principio sin el cual la materia estaría en estado perpetuo de división y jamás adquiriría las propiedades de la gravedad».
-¿Será este fluido el que llamamos electricidad?
«Hemos dicho que es susceptible de innumerables combinaciones. Los que llamáis vosotros fluido eléctrico y fluido magnético son modificaciones del universal, que, hablando propiamente, no es más que materia más perfecta, más sutil y que puede considerarse como independiente».
28. Puesto que el espíritu es algo, ¿no sería más exacto y menos expuesto a confusión, designar estos dos elementos generales con las palabras materia inerte y materia inteligente?
«Poco nos importan las palabras, y a vosotros os toca formular vuestro lenguaje para la mayor inteligencia. Vuestras disputas proceden casi siempre de que no estáis conformes en el significado de las palabras, pues vuestro lenguaje es incompleto para expresar las cosas que no impresionan vuestros sentidos».
Un hecho patente domina todas las hipótesis: vemos materia que no es inteligencia y un principio inteligente independiente de la materia. El origen y conexión de estas dos cosas no son desconocidos. Que tengan o no un origen común y puntos de contacto necesarios; que la inteligencia tenga existencia propia, o que sea una propiedad, un efecto; que sea, según opinión de algunos, una emanación de la Divinidad, lo ignoramos. Pero se nos presentan distintos, y por esto los admitimos como dos principios constitutivos del universo. Por encima de todo esto vemos una inteligencia que domina todas las otras cosas, que las gobierna y que se distingue de ellas por atributos esenciales. Esta inteligencia suprema es la que se llama Dios.
«Poco nos importan las palabras, y a vosotros os toca formular vuestro lenguaje para la mayor inteligencia. Vuestras disputas proceden casi siempre de que no estáis conformes en el significado de las palabras, pues vuestro lenguaje es incompleto para expresar las cosas que no impresionan vuestros sentidos».
Un hecho patente domina todas las hipótesis: vemos materia que no es inteligencia y un principio inteligente independiente de la materia. El origen y conexión de estas dos cosas no son desconocidos. Que tengan o no un origen común y puntos de contacto necesarios; que la inteligencia tenga existencia propia, o que sea una propiedad, un efecto; que sea, según opinión de algunos, una emanación de la Divinidad, lo ignoramos. Pero se nos presentan distintos, y por esto los admitimos como dos principios constitutivos del universo. Por encima de todo esto vemos una inteligencia que domina todas las otras cosas, que las gobierna y que se distingue de ellas por atributos esenciales. Esta inteligencia suprema es la que se llama Dios.
PROPIEDADES DE LA MATERIA
29. ¿Es un atributo esencial de la materia la ponderabilidad?
«De la materia tal como la conocéis vosotros, sí; pero no de la materia considerada como fluido universal. La materia etérea y sutil que forma este fluido es imponderable para vosotros, y sin embargo, es el principio de la materia pesada».
La gravedad es una propiedad relativa, y fuera de las esferas de atracción de los mundos, no existe peso, como tampoco alto y balo.
«De la materia tal como la conocéis vosotros, sí; pero no de la materia considerada como fluido universal. La materia etérea y sutil que forma este fluido es imponderable para vosotros, y sin embargo, es el principio de la materia pesada».
La gravedad es una propiedad relativa, y fuera de las esferas de atracción de los mundos, no existe peso, como tampoco alto y balo.
30. ¿Está formada la materia de uno o de varios elementos?
«Uno solo es el elemento primitivo. Los cuerpos que vosotros consideráis simples no son verdaderos elementos, sino transformaciones de la materia primitivas».
31. ¿De dónde proceden las diferentes propiedades de la materia?
«Son modificaciones que sufren las moléculas elementales por su unión y en ciertas circunstancias».
32. Según esto, los sabores, los olores, los colores, el sonido, las cualidades venenosas o curativas de los cuerpos, ¿no son más que modificaciones de una misma y única sus-tancia primitiva?
«Sí, indudablemente y sólo existen por la disposición de los órganos destinados a percibirlos».
Este principio queda demostrado por el hecho de que todos no percibimos del mismo modo las cualidades de los cuerpos; uno encuentra agradable al gusto lo que otro encuentra malo, éstos ven azul lo que aquéllos ven encarnado, y lo que es venenoso para uno, es inofensivo o curativo para otros.
«Sí, indudablemente y sólo existen por la disposición de los órganos destinados a percibirlos».
Este principio queda demostrado por el hecho de que todos no percibimos del mismo modo las cualidades de los cuerpos; uno encuentra agradable al gusto lo que otro encuentra malo, éstos ven azul lo que aquéllos ven encarnado, y lo que es venenoso para uno, es inofensivo o curativo para otros.
33. ¿Es susceptible la misma materia elemental de recibir todas las modificaciones y de adquirir todas las propiedades?
«Si, y así debe entenderse cuando decimos que todo está en todo».*
El oxígeno, el hidrógeno, el ázoe, el carbono y todos los cuerpos que consideramos simples no son más que modificaciones de una sustancia primitiva. En la imposibilidad en que hasta ahora nos encontramos de remontarnos de otra manera que por el pensamiento, a esa materia primera, aquellos cuerpos son para nosotros verdaderos elementos, y podemos, sin peligro, considerarlos como tales, hasta nueva orden.
-Esta teoría parece que está conforme con la opinión de los que no admiten en la materia más que dos propiedades esenciales: la fuerza y el movimiento, y que creen que todas las otras propiedades no son más que efectos secundarios que varían Según la intensidad de la fuerza y la dirección del movimiento.
«Esta opinión es exacta. Es necesario añadir también, y según la disposición de las moléculas, como se ve, por ejemplo, en un cuerpo opaco que puede hacerse transparente y recíprocamente».
_______________________
* Este principio explica el fenómeno conocido de todos los magnetizadores. que consiste en dar, por medio de la voluntad, a una sustancia cualquiera, al agua, por ejemplo, propiedades muy diversas, un gusto determinado, y hasta las cualidades activas de otras sustancias. Puesto que sólo hay un elemento primitivo, y puesto que las propiedades de los diferentes cuerpos no son más que modificaciones de este elemento, resulta que la sustancia más inofensiva tiene el mismo principio que la más deletérea. Así es como el agua, que se forma de una parte de oxígeno y de dos de hidrógeno, se hace corrosiva, si se dobla la proporción de oxígeno. Una transformación análoga puede producirse por medio de la acción magnética dirigida por la voluntad.
«Si, y así debe entenderse cuando decimos que todo está en todo».*
El oxígeno, el hidrógeno, el ázoe, el carbono y todos los cuerpos que consideramos simples no son más que modificaciones de una sustancia primitiva. En la imposibilidad en que hasta ahora nos encontramos de remontarnos de otra manera que por el pensamiento, a esa materia primera, aquellos cuerpos son para nosotros verdaderos elementos, y podemos, sin peligro, considerarlos como tales, hasta nueva orden.
-Esta teoría parece que está conforme con la opinión de los que no admiten en la materia más que dos propiedades esenciales: la fuerza y el movimiento, y que creen que todas las otras propiedades no son más que efectos secundarios que varían Según la intensidad de la fuerza y la dirección del movimiento.
«Esta opinión es exacta. Es necesario añadir también, y según la disposición de las moléculas, como se ve, por ejemplo, en un cuerpo opaco que puede hacerse transparente y recíprocamente».
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* Este principio explica el fenómeno conocido de todos los magnetizadores. que consiste en dar, por medio de la voluntad, a una sustancia cualquiera, al agua, por ejemplo, propiedades muy diversas, un gusto determinado, y hasta las cualidades activas de otras sustancias. Puesto que sólo hay un elemento primitivo, y puesto que las propiedades de los diferentes cuerpos no son más que modificaciones de este elemento, resulta que la sustancia más inofensiva tiene el mismo principio que la más deletérea. Así es como el agua, que se forma de una parte de oxígeno y de dos de hidrógeno, se hace corrosiva, si se dobla la proporción de oxígeno. Una transformación análoga puede producirse por medio de la acción magnética dirigida por la voluntad.
34. ¿Tienen las moléculas una forma determinada?
«Las moléculas tienen sin duda una forma, pero inapreciable para vosotros».
-¿Es constante o variable esta forma?
«Constante en las moléculas elementales primitivas; pero variable en las moléculas secundarias; porque las que vosotros llamáis moléculas distan mucho aún de la molécula elemental».
«Las moléculas tienen sin duda una forma, pero inapreciable para vosotros».
-¿Es constante o variable esta forma?
«Constante en las moléculas elementales primitivas; pero variable en las moléculas secundarias; porque las que vosotros llamáis moléculas distan mucho aún de la molécula elemental».
ESPACIO UNIVERSAL
35. ¿El espacio universal es infinito o limitado?
«Infinito. Suponle limites, ¿qué habria más allá? Sé que esto confunde la razón, y sin embargo, la razón te dice que no puede ser de otro modo. Lo mismo sucede con lo infinito en todas las cosas. En vuestra pequeña esfera no podéis comprenderlo».
Si se supone un límite al espacio, por lejano que pueda concebirlo el pensamiento, la razón dicé que más allá de él existe algo, y así de grado en grado. hasta el infinito; porque, aunque ese algo fuese el vacio absoluto, seria también el espacio.
«Infinito. Suponle limites, ¿qué habria más allá? Sé que esto confunde la razón, y sin embargo, la razón te dice que no puede ser de otro modo. Lo mismo sucede con lo infinito en todas las cosas. En vuestra pequeña esfera no podéis comprenderlo».
Si se supone un límite al espacio, por lejano que pueda concebirlo el pensamiento, la razón dicé que más allá de él existe algo, y así de grado en grado. hasta el infinito; porque, aunque ese algo fuese el vacio absoluto, seria también el espacio.
36. ¿Existe en alguna parte del espacio universal el vacío absoluto?
«No, nada hay vacío, puesto que lo que lo está para ti se encuentra ocupado por una materia que se sustrae a tus sentidos y a tus instrumentos»
«No, nada hay vacío, puesto que lo que lo está para ti se encuentra ocupado por una materia que se sustrae a tus sentidos y a tus instrumentos»
CAPÍTULO III — CREACIÓN
FORMACIÓN DE LOS MUNDOS
El universo comprende la infinidad de mundos que vemos y que no vemos, todos los seres animados e inanimados y todos los astros que se mueven en el espacio, como también los fluidos que lo llenan.37. ¿Ha sido creado el universo, o bien es eterno como Dios?
«No cabe duda que no ha podido hacerse por si solo, y si fuese eterno como Dios, no sería obra de Dios».
La razón nos dice que el universo no ha podido hacerse a sí mismo y que, no pudiendo ser obra del acaso, debe serlo de Dios.
38. ¿Cómo creó Dios el universo?
«Para servirme de una expresión: con su voluntad. Nada pinta mejor esa voluntad omnipotente que estas bellas palabras del Génesis: dijo Dios: Hágase la luz, y la luz fue hecha».
39. ¿Podemos conocer el modo cómo fueron formados los mundos?
«Todo lo que puede decirse y comprenderéis vosotros, es que los mundos se forman por la condensación de la matena diseminada en el espacio».
40. ¿Los cometas son, como actualmente se cree, un pirincipio de condensación de la materia y mundos en vía de formación?
«Es cierto: lo absurdo es creer en su influencia. Hablo de la que vulgarmente se les atribuye; porque todos los cuerpos celestes tienen una parte de influencia en ciertos fenómenos fisicos».
41. ¿Puede desaparecer un mundo completamente formado y ser de nuevo diseminada en el espacio la materia que lo forma?
«Sí; Dios renueva los mundos como renueva los seres vivientes».
42. ¿Podemos conocer la duración de la formación de los mundos: de la Tierra, por ejemplo?
«No puedo decírtelo; porque sólo el Creador lo sabe, y muy loco sería el que pretendiese saberlo, o conocer el número de siglos de esa formación».
FORMACIÓN DE LOS SERES VIVIENTES
43. ¿Cuándo empezó a ser poblada la Tierra?«Al principio todo era caos y los elementos estaban confundidos. Poco a poco, cada cosa fue ocupando su lugar, y entonces aparecieron los seres vivientes apropiados al estado del globo».
44. ¿De dónde vinieron a la Tierra los seres vivientes?
«La Tierra contenía los gérmenes, que esperaban para desarrollarse el momento favorable. Los principios orgánicos se reunieron apenas cesó la fuerza que los tenía separa- dos, y formaron los gérmenes de todos los seres vivientes. Aquéllos permanecieron en estado latente e inerte, como la crisálida y la simiente de las plantas, hasta que llegó el momento propicio al nacimiento de cada especie, y los seres de cada especie se reunieron y se multiplicaron entonces».
«La Tierra contenía los gérmenes, que esperaban para desarrollarse el momento favorable. Los principios orgánicos se reunieron apenas cesó la fuerza que los tenía separa- dos, y formaron los gérmenes de todos los seres vivientes. Aquéllos permanecieron en estado latente e inerte, como la crisálida y la simiente de las plantas, hasta que llegó el momento propicio al nacimiento de cada especie, y los seres de cada especie se reunieron y se multiplicaron entonces».
45. ¿Dónde estaban los elementos orgánicos antes de la formación de la Tierra?
«Se encontraban en estado de fluido, por decirlo así, en el espacio, en medio de los espíritus, o en otros planetas, esperando la creación de la Tierra para empezar una nueva existencia en un globo nuevo».
La química nos presenta las moléculas de los cuerpos inorgánicos uniéndose para formar cristales de regularidad constante, según cada especie, desde el momento en que se hallan en condiciones propicias. La menor turbación en estas condiciones, basta a impedir la reunión de los elementos. o por lo menos, la disposición regular que constituye el cristal. ¿Por qué no ha de suceder lo mismo en los elementos orgánicos?
Conservamos por espacio de años simientes de plantas y de animales que no se desarrollan más que a cierta temperatura y en un medio propicio, y se han visto simientes de trigo germinar después de muchos siglos. Hay, pues, en ellas un principio latente de vitalidad que sólo espera para desarrollarse una circunstancia favorable. Y lo que diariamente pasa a nuestra vista, ¿no puede haber ocurrido desde el principio del mundo? Esta formación de los seres vivientes saliendo del caos por la misma fuerza de la naturaleza, ¿quita algo a la grandeza de Dios? Lejos de eso, responde mejor a la idea que nos formamos de su poder, ejerciéndose en mundos infinitos por leyes eternas. Cierto que esta teoría no resuelve la cuestión del origen de los elementos vitales; pero Dios, que tiene sus misterios, ha puesto limite a nuestras investigaciones.
«Se encontraban en estado de fluido, por decirlo así, en el espacio, en medio de los espíritus, o en otros planetas, esperando la creación de la Tierra para empezar una nueva existencia en un globo nuevo».
La química nos presenta las moléculas de los cuerpos inorgánicos uniéndose para formar cristales de regularidad constante, según cada especie, desde el momento en que se hallan en condiciones propicias. La menor turbación en estas condiciones, basta a impedir la reunión de los elementos. o por lo menos, la disposición regular que constituye el cristal. ¿Por qué no ha de suceder lo mismo en los elementos orgánicos?
Conservamos por espacio de años simientes de plantas y de animales que no se desarrollan más que a cierta temperatura y en un medio propicio, y se han visto simientes de trigo germinar después de muchos siglos. Hay, pues, en ellas un principio latente de vitalidad que sólo espera para desarrollarse una circunstancia favorable. Y lo que diariamente pasa a nuestra vista, ¿no puede haber ocurrido desde el principio del mundo? Esta formación de los seres vivientes saliendo del caos por la misma fuerza de la naturaleza, ¿quita algo a la grandeza de Dios? Lejos de eso, responde mejor a la idea que nos formamos de su poder, ejerciéndose en mundos infinitos por leyes eternas. Cierto que esta teoría no resuelve la cuestión del origen de los elementos vitales; pero Dios, que tiene sus misterios, ha puesto limite a nuestras investigaciones.
46. ¿Hay aún seres ique nacen espontáneamente?
«Sí; pero el germen primitivo existía ya en estado latente. Cada día sois testigos de ese fenómeno, pues, ¿acaso los tejidos del hombre y de los animales no encierran los gérmenes de una multitud de gusanos, que esperan para nacer la fermentación pútrida necesaria a su existencia? Este es un pequeño mundo que, dormitando, se forma».
«Sí; pero el germen primitivo existía ya en estado latente. Cada día sois testigos de ese fenómeno, pues, ¿acaso los tejidos del hombre y de los animales no encierran los gérmenes de una multitud de gusanos, que esperan para nacer la fermentación pútrida necesaria a su existencia? Este es un pequeño mundo que, dormitando, se forma».
47. ¿Se encontraba la especie humana entre los elementos orgánicos contenidos en el globo terrestre?
«Sí, y liegó a su tiempo; lo que hizo decir que el hombre fue hecho del barro de la tierra».
48. ¿Podemos conocer la época de la aparición del hombre y demás seres vivientes en la tierra?
«No, y todos vuestros cálculos son quiméricos».
49. Si el germen de la especie humana se encontraba entre los elementos orgánicos del globo, ¿por qué no se forman hombres espontáneamente, como al principio?
«El principio de las cosas es uno de los secretos de Dios; pero puede decirse, no obstante, que una vez diseminados los hombres por la tierra, han absorbido en si mismos los elementos necesarios a su formación para transmitirlos según las leyes de la reproducción. Lo mismo ha sucedido en las diferentes especies de seres vivientes».
«El principio de las cosas es uno de los secretos de Dios; pero puede decirse, no obstante, que una vez diseminados los hombres por la tierra, han absorbido en si mismos los elementos necesarios a su formación para transmitirlos según las leyes de la reproducción. Lo mismo ha sucedido en las diferentes especies de seres vivientes».
POBLACIÓN DE LA TIERRA. ADÁN
50. ¿Empezó la especie humana por un solo hombre?«No, y el que vosotros llamáis Adán no fue el primero, ni el único que pobló la Tierra».
51. ¿Podemos saber en qué época vivió Adán?
«Poco más o menos en la que vosotros señaláis, esto es, cerca de cuatro mil años antes de Jesucristo».
El hombre, cuya tradición se ha conservado bajo el nombre de Adán, fue uno de los que sobrevivieron en una comarca a alguno de los grandes cataclismos que, en diversas épocas, han transformado la superficie del globo, y vino a ser el tronco de una de las razas que hoy lo pueblan. Las leyes de la naturaleza se oponen a que hayan podido realizarse en algunos siglos los progresos de la humanidad, patentizados mucho tiempo antes de Cristo, si el hombre no hubiese vivido en la Tierra más que desde la época selialada a la existencia de Adán. Algunos consideran, y tienen más razón en hacerlo, a Adán como un mito o alegoría que personifica las primitivas edades del mundo.
«Poco más o menos en la que vosotros señaláis, esto es, cerca de cuatro mil años antes de Jesucristo».
El hombre, cuya tradición se ha conservado bajo el nombre de Adán, fue uno de los que sobrevivieron en una comarca a alguno de los grandes cataclismos que, en diversas épocas, han transformado la superficie del globo, y vino a ser el tronco de una de las razas que hoy lo pueblan. Las leyes de la naturaleza se oponen a que hayan podido realizarse en algunos siglos los progresos de la humanidad, patentizados mucho tiempo antes de Cristo, si el hombre no hubiese vivido en la Tierra más que desde la época selialada a la existencia de Adán. Algunos consideran, y tienen más razón en hacerlo, a Adán como un mito o alegoría que personifica las primitivas edades del mundo.
DIVERSIDAD DE LAS RAZAS HUMANAS
52. ¿De dónde proceden las diferencias físicas y morales que distinguen a las variedades de razas de hombres en la Tierra?«Del clima, de la vida y de las costumbres. Sucede lo mismo que con dos hijos de la misma madre que en nada se parecerán moralmente, si se les educa separados y de distinto modo».
53. ¿Ha nacido el hombre espontáneamente en muchos puntos del globo?
«Si, y en diversas épocas, siendo esta una de las causas de la diversidad de razas. Más tarde, al dispersarse los hombres por los diferentes climas y al unirse con otras razas formaron nuevos tipos».
-¿Estas diferencias constituyen distintas especies?
«Ciertamente que no, pues todas son de la misma familia. ¿Acaso las diferentes variedades de un mismo fruto son óbice a que pertenezcan a la misma especie? ».
54. Si no procede la especie humana de uno solo, ¿deben cesar los hombres de mirarse como hermanos?
«Todos los hombres son hermanos de Dios; porque están animados por el espíritu y tienden al mismo fin. Siempre queréis tomar las cosas al pie de la letra».
«Todos los hombres son hermanos de Dios; porque están animados por el espíritu y tienden al mismo fin. Siempre queréis tomar las cosas al pie de la letra».
PLURALIDAD DE MUNDOS
55. ¿Están habitados todos los globos que circulan en el espacio?
«Sí, y el hombre de la Tierra dista de ser, como lo cree, el primero en inteligencia, en bondad y en perfección. Hay, sin embargo, hombres muy vanidosos que imaginan que ese pequeño globo tiene el privilegio exclusivo de tener seres racionales. ¡Orgullo y vanidad! Se figuran que Dios creó el universo para ellos solos».
Dios ha poblado los mundos de seres vivientes, que concurren todos al objeto final de la Providencia. Creer que los seres vivientes están limitados al único punto que habitamos en el universo, equivaldría a poner en duda la sabiduría de Dios, que no ha becho nada inútil y que ha debido ásignar a esos mundos un objeto más grave que el de recrear nuestra vista. Nada, por otra parte, ni la posición, ni el volumen, ni la constitución física de la Tierra, puede inducir a suponer racional-mente que tenga el privilegio de estar habitada con exclusión de tantos miles de mundos semejantes.
«Sí, y el hombre de la Tierra dista de ser, como lo cree, el primero en inteligencia, en bondad y en perfección. Hay, sin embargo, hombres muy vanidosos que imaginan que ese pequeño globo tiene el privilegio exclusivo de tener seres racionales. ¡Orgullo y vanidad! Se figuran que Dios creó el universo para ellos solos».
Dios ha poblado los mundos de seres vivientes, que concurren todos al objeto final de la Providencia. Creer que los seres vivientes están limitados al único punto que habitamos en el universo, equivaldría a poner en duda la sabiduría de Dios, que no ha becho nada inútil y que ha debido ásignar a esos mundos un objeto más grave que el de recrear nuestra vista. Nada, por otra parte, ni la posición, ni el volumen, ni la constitución física de la Tierra, puede inducir a suponer racional-mente que tenga el privilegio de estar habitada con exclusión de tantos miles de mundos semejantes.
56. ¿Es la misma la constitución física de los diferentes globos?
«No; no se parecen en manera alguna».
57. ¿No siendo la misma para todos la constitución física de los mundos, dedúcese de ello una organización diferente para los seres que los habitan?
«Sin duda, como entre vosotros los peces son hechos para vivir en el agua y las aves en el aire».
«Sin duda, como entre vosotros los peces son hechos para vivir en el agua y las aves en el aire».
58. ¿Están privados de luz y de calor los mundos más distantes del Sol, ya que éste les aparece como una estrella?
«¿Creéis, pues, que no hay más orígenes de luz y de calor que el Sol, y no contáis para nada con la electricidad que en ciertos mundos, llena funciones que os son desconocidas, y que es mucho más importante que en la Tierra? Por otra parte, nadie os ha dicho que todos los seres vean de la misma manera que vosotros y por órganos formados como los vuestros».
Los condiciones de existencia de los seres que habitan los diferentes mundos deben ser apropiadas al medio en que están llamados a vivir. Si nunca hubiésemos visto peces, no comprenderíamos que hubiera seres que pudiesen vivir en el agua, y así sucede en los otros mundos que contienen sin duda elementos desconocidos para nosotros. ¿No vemos en la Tierra que las largas noches polares son iluminadas por la electricidad de las auroras boreales? ¿Y es nada imposible que en ciertos mundos la electricidad sea más abundante que en la Tierra, y que desempeñe en ellos funciones generales, cuyos efectos no podemos comprender? Esos mundos pueden, por lo tanto, contener en si mismos los origenes de calor y de luz necesarios a sus habitantes.
«¿Creéis, pues, que no hay más orígenes de luz y de calor que el Sol, y no contáis para nada con la electricidad que en ciertos mundos, llena funciones que os son desconocidas, y que es mucho más importante que en la Tierra? Por otra parte, nadie os ha dicho que todos los seres vean de la misma manera que vosotros y por órganos formados como los vuestros».
Los condiciones de existencia de los seres que habitan los diferentes mundos deben ser apropiadas al medio en que están llamados a vivir. Si nunca hubiésemos visto peces, no comprenderíamos que hubiera seres que pudiesen vivir en el agua, y así sucede en los otros mundos que contienen sin duda elementos desconocidos para nosotros. ¿No vemos en la Tierra que las largas noches polares son iluminadas por la electricidad de las auroras boreales? ¿Y es nada imposible que en ciertos mundos la electricidad sea más abundante que en la Tierra, y que desempeñe en ellos funciones generales, cuyos efectos no podemos comprender? Esos mundos pueden, por lo tanto, contener en si mismos los origenes de calor y de luz necesarios a sus habitantes.
CONSIDERACIONES Y CONCORDANCIAS BÍBLICAS RESPECTO A LA CREACIÓN
59. Los pueblos se han formado ideas muy divergentes sobre la creación, según el grado de su ilustración, y la razón apoyada en la Ciencia ha reconoddo la inverosimilitud de ciertat teorias, confirmando la dada por los espíritus la opinión ha mucho tiempo admitida por los hombres más ilustrados.
La objeción que puede hacerse a esta teoria es la de que está en contradicción con el texto de los libros sagrados; pero un examen detenido hace ver que esta contradicción es más aparente que real y que resulta de la interpretación dada a menudo al sentido alegórico.
La cuestión del primer hombre en la persona de Adán. como tronco único de la humanidad, no es la sola que há sido objeto de modificación para las creencias religiosas. En cierta época, el movimiento de la Tierra, pareció tan opuesto al texto sagrado, que no hubo clase de persecuciones de que no fuese blanco esa teoría, y la Tierra gira sin embargo, a pesar de los anatemas, y nadie podría negarlo actualmente sin agraviar su propia razón.
Dice igualmente la Biblia que el mundo fue creado en seis días y fija la época de creación como unos cuatro mil años antes de la era cristiana. Antes de esa época, no existía la Tierra, que fue sacada de la nada. El texto es formal; pero he aquí que la ciencia positiva. la ciencia inexorable, viene a probar lo contrario. La formación del globo está escrita con caracteres imprescriptibles en el mundo fósil, y está probado que los seis días de la creación son otros tantos períodos, cada uno de los cuales abarca quizá muchos centenares de miles de años, Este no es un sistema, una doctrina, una opinión aislada, sino un hecho tan constante como el movimiento de la Tierra, que la teología no puede resistirse a admitir, prueba evidente del error en que puede incurrírse, tomando literalmente las expresiones de un lenguale que es figurado con frecuencia. ¿Debe inferirse de eso que sea falsa la Biblia? No, pero si que los hombres la han interpretado mal.
Ojeando los archivos de la Tierra, la ciencia ha descubierto el orden en que han aparecido en su superficie los diferentes seres vivientes, orden que está conforme con el indicado en el Génesis, con la sola diferencia de que, en vez de salir milagrosamente de las manos de Dios y en algunas horas, esa obra, se ha realizado en algunos millones de años, siempre por su voluntad; pero con arreglo a la ley de las fuerzas de la naturaleza. ¿Es por ello menos grande y menos poderoso Dios? ¿Es menos sublime su obra, porque carece del prestigio de la instantaneidad? No, evidentemente; y preciso sería formarse una idea muy mezquina de la Divinidad para no reconocer su omnipotencia en las leyes eternas que para gobernar los mundos ha establecldo. La ciencia, lejos de amenguar la obra divina, nos la presenta bdjo un aspecto más grandioso y más conforme con las nociones que tenemos del poderio y de la majestad de Dios, por lo mismo que se ha realizado sin derogación de las leyes de la naturaleza.
Conforme en este punto con Moisés, la ciencia coloca al hombre en último término en el orden de la creación de los seres vivientes; pero Moisés fija el diluvio universal en el año 1654, al paso que la geología nos presenta el gran cataclismo anterior a la aparición del hombre, atendiendo a que hasta ese día. no se encuentra en las capas primitivas ninguna señal de su presencia, ni de la de los animales de su misma categoría, bajo el punto de vista físico. Pero nada prueba que esto sea imposible, y varios descubrimientos han engendrado ya dudas sobre este particular, pudiendo suceder, pues. que de un momento a otro se tenga certeza material de esa anterioridad de la raza humana, y entonces se comprenderá que en este punto, como en otros, el texto bíblico es figurado. La cuestión estriba en saber si el cataclismo geológico es el mismo de Noé, y la duración necesaria a la formación de las capas fósiles no consiente que se los confunda; y cuando se encuentren vestigios de la existencia del hombre antes de la gran catástrofe, quedará probado, o que no fue Adán el primer hombre, o que su creación se pierde en la oscuridad de los tiempos. Contra la evidencia no son posibles los raciocinios, y será preciso aceptar el hecho, como se ha aceptado el del movimiento de la Tierra y el de los seis períodos de la creación.
Cierto que la existencia del hombre antes del diluvio geológico es aun hipotética, pero he aquí lo que lo es menos. Admitiendo que el hombre apareció por primera vez en la Tierra cuatro mil aiíos antes de ]esucrísto, si mil seiscientos cincuenta años más tarde fue destruida toda la raza humana, excepto una sola familia, resulta que la población de la tierra data de Noé únicamente, es decir, dos mil trescientos cincuenta años antes de nuestra era. Pues bien, cuando los hebreos emigraron a Egipto en el siglo dieciocho, encontraron muy poblado y adelantado en civilización a aquel país. La historia prueba que en esta época las Indias y otras comarcas estaban igualmente florecientes, sin tener en cuenta la cronologia de ciertos pueblos que se remonta a una época mucho más remota. Hubiera, pues, sido preciso que del siglo veinticuatro al dieciocho, es decir, en un espacio de seiscientos anos, la posteridad de un solo hombre, hubiese podido no solamente poblar todas las inmensas comarcas entonces conocidas, suponiendo que no lo hubiesen sido las otras, sino que, en aquel breve intervalo, la especie humana hubiera podido elevarse de la ignorancia absoluta del estado primitivo al mayor grado de desenvolvimiento intelectual, lo cual es contrarío a todas las leyes antropológicas.
En apoyo de esta, opinión viene también la diversidad de razas. Es indudable que el clima y los hábitos engendran modificaciones en el carácter físico; pero se deja comprender el alcance de la influencia de esas causas, y el examen psicológico prueba que entre ciertas razas existen diferencias constitucionales más profundas que las que puede producir el clima. El cruzamiento de las razas produce los tipos intermedios, y tiende a horrar los caracteres extremos; pero no los produce, sino que se limita a formar variedades. Pues bien, para que hubiese habido cruzamiento de razas, era preciso que las hubiera distintas, ¿y cómo explicar su existencia suponiéndoles un tronco común, y sobre todo un tronco tan cercano? ¿Cómo admitir que en algunos siglos ciertos descendientes de Noé se hayan transformado hasta el punto de producir la raza etiópica, por ejemplo? Semejante metamorfosis no es más admisible que la hipótesis de un tronco común al lobo y la oveja, al elefante y al pulgón, al ave y al pez. Repetimos que nada puede prevalecer contra la evidencia de los hechos. Todo encuentra explicación, por el contrario, admitiendo la existencia del hombre antes de la época que vulgarmente se le señala; la diversidad de origenes; a Adán, que vivia hace seis mil años, como poblador de una comarca inhabitada aún; el diluvio de Noé como una catástrofe parcial que se ha confundido con el cataclismo geológico, y teniendo finalmente en cuenta la forma alegórica peculiar al estilo oriental y que encontramos en los libros sagrados de todos los pueblos. Por esta razón es prudente no declararse ligeramente en contra de ciertas doctrinas que pueden, como tantas otras, desmentir tarde o temprano a los que las combaten. Lejos de perder, se ensanchan las ideas religiosas caminando al par de la ciencia, y este es el único medio de no ofrecer un lado vulnerable al escepticismo.
La objeción que puede hacerse a esta teoria es la de que está en contradicción con el texto de los libros sagrados; pero un examen detenido hace ver que esta contradicción es más aparente que real y que resulta de la interpretación dada a menudo al sentido alegórico.
La cuestión del primer hombre en la persona de Adán. como tronco único de la humanidad, no es la sola que há sido objeto de modificación para las creencias religiosas. En cierta época, el movimiento de la Tierra, pareció tan opuesto al texto sagrado, que no hubo clase de persecuciones de que no fuese blanco esa teoría, y la Tierra gira sin embargo, a pesar de los anatemas, y nadie podría negarlo actualmente sin agraviar su propia razón.
Dice igualmente la Biblia que el mundo fue creado en seis días y fija la época de creación como unos cuatro mil años antes de la era cristiana. Antes de esa época, no existía la Tierra, que fue sacada de la nada. El texto es formal; pero he aquí que la ciencia positiva. la ciencia inexorable, viene a probar lo contrario. La formación del globo está escrita con caracteres imprescriptibles en el mundo fósil, y está probado que los seis días de la creación son otros tantos períodos, cada uno de los cuales abarca quizá muchos centenares de miles de años, Este no es un sistema, una doctrina, una opinión aislada, sino un hecho tan constante como el movimiento de la Tierra, que la teología no puede resistirse a admitir, prueba evidente del error en que puede incurrírse, tomando literalmente las expresiones de un lenguale que es figurado con frecuencia. ¿Debe inferirse de eso que sea falsa la Biblia? No, pero si que los hombres la han interpretado mal.
Ojeando los archivos de la Tierra, la ciencia ha descubierto el orden en que han aparecido en su superficie los diferentes seres vivientes, orden que está conforme con el indicado en el Génesis, con la sola diferencia de que, en vez de salir milagrosamente de las manos de Dios y en algunas horas, esa obra, se ha realizado en algunos millones de años, siempre por su voluntad; pero con arreglo a la ley de las fuerzas de la naturaleza. ¿Es por ello menos grande y menos poderoso Dios? ¿Es menos sublime su obra, porque carece del prestigio de la instantaneidad? No, evidentemente; y preciso sería formarse una idea muy mezquina de la Divinidad para no reconocer su omnipotencia en las leyes eternas que para gobernar los mundos ha establecldo. La ciencia, lejos de amenguar la obra divina, nos la presenta bdjo un aspecto más grandioso y más conforme con las nociones que tenemos del poderio y de la majestad de Dios, por lo mismo que se ha realizado sin derogación de las leyes de la naturaleza.
Conforme en este punto con Moisés, la ciencia coloca al hombre en último término en el orden de la creación de los seres vivientes; pero Moisés fija el diluvio universal en el año 1654, al paso que la geología nos presenta el gran cataclismo anterior a la aparición del hombre, atendiendo a que hasta ese día. no se encuentra en las capas primitivas ninguna señal de su presencia, ni de la de los animales de su misma categoría, bajo el punto de vista físico. Pero nada prueba que esto sea imposible, y varios descubrimientos han engendrado ya dudas sobre este particular, pudiendo suceder, pues. que de un momento a otro se tenga certeza material de esa anterioridad de la raza humana, y entonces se comprenderá que en este punto, como en otros, el texto bíblico es figurado. La cuestión estriba en saber si el cataclismo geológico es el mismo de Noé, y la duración necesaria a la formación de las capas fósiles no consiente que se los confunda; y cuando se encuentren vestigios de la existencia del hombre antes de la gran catástrofe, quedará probado, o que no fue Adán el primer hombre, o que su creación se pierde en la oscuridad de los tiempos. Contra la evidencia no son posibles los raciocinios, y será preciso aceptar el hecho, como se ha aceptado el del movimiento de la Tierra y el de los seis períodos de la creación.
Cierto que la existencia del hombre antes del diluvio geológico es aun hipotética, pero he aquí lo que lo es menos. Admitiendo que el hombre apareció por primera vez en la Tierra cuatro mil aiíos antes de ]esucrísto, si mil seiscientos cincuenta años más tarde fue destruida toda la raza humana, excepto una sola familia, resulta que la población de la tierra data de Noé únicamente, es decir, dos mil trescientos cincuenta años antes de nuestra era. Pues bien, cuando los hebreos emigraron a Egipto en el siglo dieciocho, encontraron muy poblado y adelantado en civilización a aquel país. La historia prueba que en esta época las Indias y otras comarcas estaban igualmente florecientes, sin tener en cuenta la cronologia de ciertos pueblos que se remonta a una época mucho más remota. Hubiera, pues, sido preciso que del siglo veinticuatro al dieciocho, es decir, en un espacio de seiscientos anos, la posteridad de un solo hombre, hubiese podido no solamente poblar todas las inmensas comarcas entonces conocidas, suponiendo que no lo hubiesen sido las otras, sino que, en aquel breve intervalo, la especie humana hubiera podido elevarse de la ignorancia absoluta del estado primitivo al mayor grado de desenvolvimiento intelectual, lo cual es contrarío a todas las leyes antropológicas.
En apoyo de esta, opinión viene también la diversidad de razas. Es indudable que el clima y los hábitos engendran modificaciones en el carácter físico; pero se deja comprender el alcance de la influencia de esas causas, y el examen psicológico prueba que entre ciertas razas existen diferencias constitucionales más profundas que las que puede producir el clima. El cruzamiento de las razas produce los tipos intermedios, y tiende a horrar los caracteres extremos; pero no los produce, sino que se limita a formar variedades. Pues bien, para que hubiese habido cruzamiento de razas, era preciso que las hubiera distintas, ¿y cómo explicar su existencia suponiéndoles un tronco común, y sobre todo un tronco tan cercano? ¿Cómo admitir que en algunos siglos ciertos descendientes de Noé se hayan transformado hasta el punto de producir la raza etiópica, por ejemplo? Semejante metamorfosis no es más admisible que la hipótesis de un tronco común al lobo y la oveja, al elefante y al pulgón, al ave y al pez. Repetimos que nada puede prevalecer contra la evidencia de los hechos. Todo encuentra explicación, por el contrario, admitiendo la existencia del hombre antes de la época que vulgarmente se le señala; la diversidad de origenes; a Adán, que vivia hace seis mil años, como poblador de una comarca inhabitada aún; el diluvio de Noé como una catástrofe parcial que se ha confundido con el cataclismo geológico, y teniendo finalmente en cuenta la forma alegórica peculiar al estilo oriental y que encontramos en los libros sagrados de todos los pueblos. Por esta razón es prudente no declararse ligeramente en contra de ciertas doctrinas que pueden, como tantas otras, desmentir tarde o temprano a los que las combaten. Lejos de perder, se ensanchan las ideas religiosas caminando al par de la ciencia, y este es el único medio de no ofrecer un lado vulnerable al escepticismo.
CAPÍTULO IV —PRINCIPIO VITAL
SERES ORGÁNICOS E INORGÁNICOS
Los seres orgánicos son los que tienen en si mismos un origen de actividad íntima que les da vida. Nacen, crecen, se reproducen por si mismos y mueren, y están provistos de órganos especiales para la realización de los diferentes actos de la vida y apropiados a las necesidades de su conservación. Comprenden los hombres, los animales y las plantas. Los seres inorgánicos son todos los que no tienen vitalidad ni movimientos propios, y son formados por sólo la agregación de materia, tales son los minerales, el agua, el aire, etcétera.
60. ¿Es una misma la fuerza que une los elementos de la materia en los cuerpos orgánicos y en los inorgánicos?
«Sí, y la ley de atracción es la misma para todos».
60. ¿Es una misma la fuerza que une los elementos de la materia en los cuerpos orgánicos y en los inorgánicos?
«Sí, y la ley de atracción es la misma para todos».
61, ¿Existe diferencia entre la materia de los cuerpos orgánicos y la de los inorgánicos?
«Siempre es la misma materia; pero en los cuerpos orgánicos está animalizada».
62. ¿Cuál es la causa de la animalización de la materia?
«Su unión con el principio vital».
63. ¿El principio vital reside en un agente particular o sólo es una propiedad de la materia organizada; en una palabra, es efecto o causa?
«Es lo uno y lo otro. La vida es un efecto producido por la acción de un agente sobre la materia y este agente, sin la materia no es la vida, de la misma manera que la materia no puede vivir sin aquél. Da la vida a todos los seres que lo absorben y se lo asimilan».
64. Hemos visto que el espíritu y la materia son dos elenientos constitutivos del universo, ¿forma un tercero el principio vital?
«Indudablemente, es uno de los elementos necesarios a la constitución del universo, pero él a su vez tiene su origen en la materia universal modificada. Para vosotros es un elemento como el oxígeno y el hidrógeno, que no son, empero. elementos primitivos; porque todo eso deriva de un mismo principio».
-¿Parece resultar aquí que la vitalidad no tiene su principio en un agente primitivo distinto, sino en una propiedad especial de la materia universal debida a ciertas modificaciones?
«Esa es la consecuencia de lo que hemos dicho».
«Indudablemente, es uno de los elementos necesarios a la constitución del universo, pero él a su vez tiene su origen en la materia universal modificada. Para vosotros es un elemento como el oxígeno y el hidrógeno, que no son, empero. elementos primitivos; porque todo eso deriva de un mismo principio».
-¿Parece resultar aquí que la vitalidad no tiene su principio en un agente primitivo distinto, sino en una propiedad especial de la materia universal debida a ciertas modificaciones?
«Esa es la consecuencia de lo que hemos dicho».
65. ¿Reside el principio vital en alguno de los cuerpos que conocemos?
«Tiene su Origen en el fluido universal; es el que vosotros llamáis fluido magnético o fluido eléctrico, animalizado, y constituye el intermediario, el lazo entre el espíritu y la materia».
66. ¿Es uno mismo el principio vital para todos los seres orgánicos?
«Si, modificado según las especies. Es lo que les da movimiento y actividad y los distingue de la materia inerte; porque el movimiento de la materia no es la vida. La materia recibe el movimiento; pero no lo da».
67. ¿La vitalidad es un atributo permanente del agente vital, o bien sólo se desarrolla por el funcionamiento de los órganos?
«Sólo con el cuerpo se desarrolla. ¿No hemos dicho ya que ese agente sin la materia no es la vida? Es necesaria la unión de ambas cosas, para producir la vida».
-¿Puede decirse que la vitalidad se encuentra en estado latente, cuando el agente vital no está unido al cuerpo?
«Sí, así es».
El conjunto de los órganos constituye una especie de mecanismo que recibe su impulso de lá actividad intima o principio vital que en ellos existe. El principio vital es la fuerza motriz de los cuerpos orgánicos. Al mismo tiempo que el agente vital da impulso a los órganos, la acción de éstos mantiene y desarrolla la actividad del agente vital, poco más o menos, lo mismo que el frote desarrolla el calor.
LA VIDA Y LA MUERTE
68. ¿Cuál es la causa de la muerte de los seres orgánicos?«La extenuación de los órganos».
-¿Podría compararse la muerte a la cesación del movimiento de una máquina desorganizada?
«Si; porque, si la máquina está mal dispuesta, se rompe el resorte, y si es malo el cuerpo, la vida le abandona».
69. ¿Por qué una lesión del corazón con preferencia a la de otros órganos, produce la muerte?
«El corazón es una máquina de vida; pero no sólo la lesión del corazón es la que produce la muerte, pues aquél no es más que una de las ruedas esenciales».
70. ¿Qué hacen la materia y el principio vital de los seres orgánicos que mueren?
«La materia inerte se descompone y forma otros nuevos cuerpos orgánicos; el principio vital vuelve a la masa».
Muerto el ser orgánico, los elementos que lo forman entran en nuevas combinaciones que constituyen nuevos seres. Éstos toman del origen universal el principio de la vida y de la actividad, lo absorben y se lo asimilan para devolverlo a aquel origen, cuando cesen de existir.
Los órganos están impregnados, por decirlo así, del fluido vital, que da a todas las partes del organismo una actividad que, en ciertas lesiones, opera la adhesión de aquéllas, y restablece funciones suspendidas momentáneamente. Pero cuando son destruidos los elementos esenciales al funcionamiento de los órganos, o están alterados profundamente, el fluido vital es impotente para la transmisión del movimiento de la vida, y el ser muere.
Los órganos reaccionan más o menos necesariamente los unos sobre los otros, y de la armonia de su conjunto resulta su acción reciproca. Cuando una causa cualquiera destruye la armonia, se detienen sus funciones como el movimiento de un mecanismo, cuyas ruedas esenciales están descompuestas. Tal sucede a un reloj que se gasta con el tiempo o se descompone por accidente, viniendo la fuerza motriz a ser Impotente para ponerlo en movimiento.
Tenemos una imagen más exacta aún de la vida y de la muerte en un aparato eléctrico, que contiene electricidad, como todos los cuerpos de la naturaleza, en estado latente, no manifestándose los fenómenos eléctricos hasta que no se pone en actividad el fluido en virtud de una causa especial. Puede decirse entonces que el aparato vive. Cesando la causa de actividad, cesa el fenómeno, y el aparato entra en estado de inercia. En este supuesto. los cuerpos orgánicos serian una especie de pilas o aparatos eléctricos en los cuales la actividad del fluido produce el fenómeno de la vida, y su cesación la muerte.
La cantidad de fluido vital no es absoluta en todos los seres orgánicos; varia según las especies, y no es constante en el mismo individuo, ni en los individuos de la misma especie. Los hay que están saturados de él, por decirlo así. al paso que otros apenas tienen una cantidad suficiente, y de aquí que la vida sea en algunos más activa, más tenaz y en cierto modo superabundante.
La cantidad de fluido vital se agota, y puede llegar a ser insuficiente para el mantenimiento de la vida, si no se renueva por la absorción y asimilación de las substancias que lo contienen.
El fluido vital se transmite de un individuo a otro, y el que tiene más puede dar al que tiene menos y en ciertos casos restituir la vida que está próxima a concluir.
«La materia inerte se descompone y forma otros nuevos cuerpos orgánicos; el principio vital vuelve a la masa».
Muerto el ser orgánico, los elementos que lo forman entran en nuevas combinaciones que constituyen nuevos seres. Éstos toman del origen universal el principio de la vida y de la actividad, lo absorben y se lo asimilan para devolverlo a aquel origen, cuando cesen de existir.
Los órganos están impregnados, por decirlo así, del fluido vital, que da a todas las partes del organismo una actividad que, en ciertas lesiones, opera la adhesión de aquéllas, y restablece funciones suspendidas momentáneamente. Pero cuando son destruidos los elementos esenciales al funcionamiento de los órganos, o están alterados profundamente, el fluido vital es impotente para la transmisión del movimiento de la vida, y el ser muere.
Los órganos reaccionan más o menos necesariamente los unos sobre los otros, y de la armonia de su conjunto resulta su acción reciproca. Cuando una causa cualquiera destruye la armonia, se detienen sus funciones como el movimiento de un mecanismo, cuyas ruedas esenciales están descompuestas. Tal sucede a un reloj que se gasta con el tiempo o se descompone por accidente, viniendo la fuerza motriz a ser Impotente para ponerlo en movimiento.
Tenemos una imagen más exacta aún de la vida y de la muerte en un aparato eléctrico, que contiene electricidad, como todos los cuerpos de la naturaleza, en estado latente, no manifestándose los fenómenos eléctricos hasta que no se pone en actividad el fluido en virtud de una causa especial. Puede decirse entonces que el aparato vive. Cesando la causa de actividad, cesa el fenómeno, y el aparato entra en estado de inercia. En este supuesto. los cuerpos orgánicos serian una especie de pilas o aparatos eléctricos en los cuales la actividad del fluido produce el fenómeno de la vida, y su cesación la muerte.
La cantidad de fluido vital no es absoluta en todos los seres orgánicos; varia según las especies, y no es constante en el mismo individuo, ni en los individuos de la misma especie. Los hay que están saturados de él, por decirlo así. al paso que otros apenas tienen una cantidad suficiente, y de aquí que la vida sea en algunos más activa, más tenaz y en cierto modo superabundante.
La cantidad de fluido vital se agota, y puede llegar a ser insuficiente para el mantenimiento de la vida, si no se renueva por la absorción y asimilación de las substancias que lo contienen.
El fluido vital se transmite de un individuo a otro, y el que tiene más puede dar al que tiene menos y en ciertos casos restituir la vida que está próxima a concluir.
INTELIGENCIA E INSTINTO
71. ¿La inteligencia es un atributo del principio vital?
«No, puesto que las plantas viven y no piensan. siendo puramente orgánica su vida. La inteligencia y la materia son independientes, pues un cuerpo puede vivir sin inteligencia; pero ésta sólo puede manifestarse por medio de los órganos materiales, y es precisa la unión con el espíritu para dar inteligencia a la materia animalizada».
La inteligencia es una facultad especial propia de ciertas clases de seres orgánicos que les da. juntámente con el pensamiento, la voluntad de obrar, la conciencia de la existencia y de la Individualidad, así como también los medios de establecer relaciones con el mundo exterior y de atender a sus necesidades.
Pueden, pues, distinguirse: lo los seres inanimados formados únicamente de materia, sin vitalidad ni inteligencia, tales son los cuerpos brutos; 2o los seres animados que no piensan, formados de materia y dotados de vitalidad; pero faltos de inteligencia, y 3o los seres animados que piensan, formados de materia, dotados de vitalidad y que tienen además un principio inteligente que les da la facultad de pensar .
«No, puesto que las plantas viven y no piensan. siendo puramente orgánica su vida. La inteligencia y la materia son independientes, pues un cuerpo puede vivir sin inteligencia; pero ésta sólo puede manifestarse por medio de los órganos materiales, y es precisa la unión con el espíritu para dar inteligencia a la materia animalizada».
La inteligencia es una facultad especial propia de ciertas clases de seres orgánicos que les da. juntámente con el pensamiento, la voluntad de obrar, la conciencia de la existencia y de la Individualidad, así como también los medios de establecer relaciones con el mundo exterior y de atender a sus necesidades.
Pueden, pues, distinguirse: lo los seres inanimados formados únicamente de materia, sin vitalidad ni inteligencia, tales son los cuerpos brutos; 2o los seres animados que no piensan, formados de materia y dotados de vitalidad; pero faltos de inteligencia, y 3o los seres animados que piensan, formados de materia, dotados de vitalidad y que tienen además un principio inteligente que les da la facultad de pensar .
72. ¿Cuál es el origen de la inteligencia?
«Ya lo hemos dicho: la inteligencia universal».
-¿Podría decirse que cada ser toma una parte de inteligencia del origen universal y se la asimíla, como toma y se asimila el principio de la vida material?
«Esa es una comparación únicamente: pero inexacta, porque la inteligencia es una facultad propia de cada ser y constituye la individualidad moral. Ya sabéis, además, que hay cosas que no es dado al hombre penetrar, y ésta es, por ahora, una de ellas».
«Ya lo hemos dicho: la inteligencia universal».
-¿Podría decirse que cada ser toma una parte de inteligencia del origen universal y se la asimíla, como toma y se asimila el principio de la vida material?
«Esa es una comparación únicamente: pero inexacta, porque la inteligencia es una facultad propia de cada ser y constituye la individualidad moral. Ya sabéis, además, que hay cosas que no es dado al hombre penetrar, y ésta es, por ahora, una de ellas».
73. ¿El instinto es independiente de la inteligencia?
«Propiamente, no; porque es una especie de inteligencia. El instinto es una inteligencia no razonada, y por cl todos los seres atienden a sus necesidades».
«Propiamente, no; porque es una especie de inteligencia. El instinto es una inteligencia no razonada, y por cl todos los seres atienden a sus necesidades».
74. ¿Puede fijarse un límite entre el instinto y la inteligencia. es decir, precisar dónde concluye el uno y empieza la otra?
«No, porque se confunden a menudo; pero se pueden distinguir muy bien los actos que pertenecen al instinto de los que pertenecen a la inteligencia».
«No, porque se confunden a menudo; pero se pueden distinguir muy bien los actos que pertenecen al instinto de los que pertenecen a la inteligencia».
75. ¿Es exacto decir que disminuyen las facultades instintivas a medida que crecen las intelectuales?
«No, pues el instinto existe siempre; pero el hombre lo descuida. También puede el instinto conducir al bien; nos guía casi siempre y a veces con más seguridad que la razón: porque nunca se extravía».
-¿Por qué razón no es siempre un guía infalible?
«Lo seria, si no estuviese falseada por la mala educación. por el orgullo y el egoísmo. El instinto no razona: pero la razón deja la elección al hombre y le da el libre albedrío».
El instinto es una inteligencia rudimentaria que difiere de la propiamente dicha en que sus manifestaciones son espontáneas casi siempre, al paso que las de la inteligencia son resultado de una combinación y de un acto deliberado.
El instinto varía en sus manifestaciones según las especies y sus necesidades. En los seres que tienen conciencia y percepción de las cosas exteriores se alía a la inteligencia, es decir, a la voluntad y a la libertad.
«No, pues el instinto existe siempre; pero el hombre lo descuida. También puede el instinto conducir al bien; nos guía casi siempre y a veces con más seguridad que la razón: porque nunca se extravía».
-¿Por qué razón no es siempre un guía infalible?
«Lo seria, si no estuviese falseada por la mala educación. por el orgullo y el egoísmo. El instinto no razona: pero la razón deja la elección al hombre y le da el libre albedrío».
El instinto es una inteligencia rudimentaria que difiere de la propiamente dicha en que sus manifestaciones son espontáneas casi siempre, al paso que las de la inteligencia son resultado de una combinación y de un acto deliberado.
El instinto varía en sus manifestaciones según las especies y sus necesidades. En los seres que tienen conciencia y percepción de las cosas exteriores se alía a la inteligencia, es decir, a la voluntad y a la libertad.