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El Libro de los Espíritus > LIBRO CUARTO — ESPERANZAS Y CONSUELOS > CAPÍTULO II — PENAS Y GOCES FUTUROS > EXPIACIÓN Y ARREPENTIMIENTO > 1001
1001. ¿No tiene ningún mérito asegurar, para después de la muerte, un empleo útil a los bienes que se poseen?
«Ningún mérito no es la palabra, pues siempre vale más algo que nada; pero está el mal en que el que da para después de su muerte, es a menudo más egoísta que generoso; quiere disfrutar del honor del bien, sin haberse tomado ningún trabajo. El que se priva, viviendo aún, tiene doble provecho: el mérito del sacrificio, y el placer de ver aquellos a quienes hace felices. Pero el egoismo dice: Lo que das te lo quitas a tus goces, y como aquél grita más que el desinterés y la caridad, el hombre conserva sus bienes, con el pretexto de sus necesidades y de las exigencias de su posición. ¡Ah, compadeced al que no conoce el placer de dar, pues está desheredado de uno de los más puros y suaves goces! Dios, sometiéndole a la prueba de la fortuna, tan resbaladiza y peligrosa para su porvenir, ha querido darle como compensación la dicha de la generosidad de la cual puede disfrutar desde la tierra». (814)
«Ningún mérito no es la palabra, pues siempre vale más algo que nada; pero está el mal en que el que da para después de su muerte, es a menudo más egoísta que generoso; quiere disfrutar del honor del bien, sin haberse tomado ningún trabajo. El que se priva, viviendo aún, tiene doble provecho: el mérito del sacrificio, y el placer de ver aquellos a quienes hace felices. Pero el egoismo dice: Lo que das te lo quitas a tus goces, y como aquél grita más que el desinterés y la caridad, el hombre conserva sus bienes, con el pretexto de sus necesidades y de las exigencias de su posición. ¡Ah, compadeced al que no conoce el placer de dar, pues está desheredado de uno de los más puros y suaves goces! Dios, sometiéndole a la prueba de la fortuna, tan resbaladiza y peligrosa para su porvenir, ha querido darle como compensación la dicha de la generosidad de la cual puede disfrutar desde la tierra». (814)