Usted esta en:
El Libro de los Espíritus > LIBRO SEGUNDO — MUNDO ESPIRITISTA O DE LOS ESPIRITUS > CAPÍTULO IX — INTERVENCIÓN DE LOS ESPÍRITUS EN EL MUNDO CORPORAL > ÁNGELES GUARDIANES, ESPÍRITUS PROTECTORES, FAMILIARES O SIMPÁTICOS > 514
514. ¿Los espíritus familiares son los mismos que los simpáticos y protectores?
«Hay muchos matices en la protección y en la simpatía. Dadíes el nombre que queráis. El espíritu familiar corresponde más bien al amigo del hogar».
De las anteriores explicaciones y de las observaciones hechas sobre la naturaleza de los espirítus que se unen al hombre, puede deducirse lo siguiente:
El espíritu protector, ángel guardián o genio bueno es el que tiene la misión de seguir al hombre durante la vida y ayudarle a progresar. Siempre es de naturaleza relativamente superior a la del protegido.
Los espíritus familiares se unen a ciertas personas por lazos más o menos duraderos con objeto de serles útiles dentro de los limites de su poder, con frecuencia bastante limitado. Son buenos; pero a veces poco adelantados y hasta un poco ligeros. Se ocupan gustosos de los pormenores de la vida íntima, y sólo obran con permiso de los espíritus protectores o por orden suya.
Los espíritus simpáticos son aquellos que nos atraen afectos particulares y cierta semejanza de gustos y sentimientos, así en el bien como en el mal. La duración de sus relaciones está siempre subordinada a las circunstancias.
El mal genio es un espíritu imperfecto o perverso que se une al hombre con la mira de alejarle del bien; pero obra por voluntad propia y no en virtud de una misión. Su tenacidad está en relación del acceso más o menos fácil que halla. El hombre es libre siempre de escuchar su voz o de rechazarla.
«Hay muchos matices en la protección y en la simpatía. Dadíes el nombre que queráis. El espíritu familiar corresponde más bien al amigo del hogar».
De las anteriores explicaciones y de las observaciones hechas sobre la naturaleza de los espirítus que se unen al hombre, puede deducirse lo siguiente:
El espíritu protector, ángel guardián o genio bueno es el que tiene la misión de seguir al hombre durante la vida y ayudarle a progresar. Siempre es de naturaleza relativamente superior a la del protegido.
Los espíritus familiares se unen a ciertas personas por lazos más o menos duraderos con objeto de serles útiles dentro de los limites de su poder, con frecuencia bastante limitado. Son buenos; pero a veces poco adelantados y hasta un poco ligeros. Se ocupan gustosos de los pormenores de la vida íntima, y sólo obran con permiso de los espíritus protectores o por orden suya.
Los espíritus simpáticos son aquellos que nos atraen afectos particulares y cierta semejanza de gustos y sentimientos, así en el bien como en el mal. La duración de sus relaciones está siempre subordinada a las circunstancias.
El mal genio es un espíritu imperfecto o perverso que se une al hombre con la mira de alejarle del bien; pero obra por voluntad propia y no en virtud de una misión. Su tenacidad está en relación del acceso más o menos fácil que halla. El hombre es libre siempre de escuchar su voz o de rechazarla.