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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO XXI - INFLUENCIA DEL CENTRO
CAPÍTULO XXI - INFLUENCIA DEL CENTRO
231. 1. ¿El centro en el cual se encuentra el médium, ejerce
alguna influencia sobre las manifestaciones?
Todos los Espíritus que rodean al médium le ayudan, tanto
en el bien como en el mal.
2. ¿Los Espíritus superiores no pueden triunfar de la mala voluntad del Espíritu encarnado que les sirve de intérprete y de los que le rodean? Sí, cuando lo juzgan útil y según la intención de la persona que se les dirige. Ya lo hemos dicho: los Espíritus más elevados pueden algunas veces comunicarse por un favor especial a pesar de la imperfección del médium y del centro, pero entonces éstos permanecen allí como extraños.
3. ¿Los Espíritus superiores procuran conducir las reuniones fútiles a ideas más formales? Los Espíritus superiores no van a las reuniones en las que saben que su presencia es inútil. En los centros poco instruidos, pero en los que hay sinceridad, vamos con gusto, aun cuando no encontremos sino medianos instrumentos; pero en los centros instruidos, en los que domina la ironía, no vamos. Allí es menester hablar a los ojos y a los oídos; este es el papel de los Espíritus golpeadores y burlones. Es bueno que las gentes engreídas por su ciencia sean humilladas por los Espíritus menos sabios y menos avanzados.
4. ¿La entrada en las reuniones formales está prohibida a los Espíritus inferiores? No, algunas veces permanecen en ellas para aprovecharse de las enseñanzas que allí se dan; pero se callan como los atolondrados en las asambleas de los sabios.
2. ¿Los Espíritus superiores no pueden triunfar de la mala voluntad del Espíritu encarnado que les sirve de intérprete y de los que le rodean? Sí, cuando lo juzgan útil y según la intención de la persona que se les dirige. Ya lo hemos dicho: los Espíritus más elevados pueden algunas veces comunicarse por un favor especial a pesar de la imperfección del médium y del centro, pero entonces éstos permanecen allí como extraños.
3. ¿Los Espíritus superiores procuran conducir las reuniones fútiles a ideas más formales? Los Espíritus superiores no van a las reuniones en las que saben que su presencia es inútil. En los centros poco instruidos, pero en los que hay sinceridad, vamos con gusto, aun cuando no encontremos sino medianos instrumentos; pero en los centros instruidos, en los que domina la ironía, no vamos. Allí es menester hablar a los ojos y a los oídos; este es el papel de los Espíritus golpeadores y burlones. Es bueno que las gentes engreídas por su ciencia sean humilladas por los Espíritus menos sabios y menos avanzados.
4. ¿La entrada en las reuniones formales está prohibida a los Espíritus inferiores? No, algunas veces permanecen en ellas para aprovecharse de las enseñanzas que allí se dan; pero se callan como los atolondrados en las asambleas de los sabios.
232. Sería un error el creer que es menester ser médium
para atraerse los seres del mundo invisible. El espacio está lleno
de ellos; los tenemos sin cesar a nuestro alrededor, a nuestro lado,
que nos ven, nos observan, se mezclan en nuestras reuniones, nos
siguen o nos evitan según los atraemos o rechazamos. La facultad
mediúmnica nada tiene de ver con esto; sólo es un medio de
comunicación. Acerca de lo que nosotros hemos visto sobre la
causa de simpatía o antipatía de los Espíritus, se comprenderá
perfectamente que debemos estar rodeados de aquellos que tienen
afinidad por nuestro propio Espíritu, según está elevado o
degradado. Consideremos ahora el estado moral de nuestro globo,
y se comprenderá cuál es la índole de los Espíritus que deben
dominar entre los Espíritus errantes. Si vamos a ver cada pueblo
en particular, podremos juzgar por el carácter dominante de los
habitantes, por sus preocupaciones, sus sentimientos más o menos
morales y humanitarios, las órdenes de Espíritus que en ellos se
dan cita.
Partiendo de este principio, supongamos una reunión de
hombre ligeros, inconsecuentes, ocupados en sus placeres; ¿cuáles
serán los Espíritus que se encontrarán allí de preferencia?
Seguramente no serán Espíritus superiores, de la misma manera
que nuestros sabios y nuestros filósofos no irían a pasar allí el
tiempo. Así, pues, todas las veces que los hombres se reúnen,
tiene con ellos una asamblea oculta que simpatiza con sus
cualidades o extravagancias, y esto haciendo abstracción de todo
pensamiento de evocación. Admitamos ahora que tenga la
posibilidad de hablar con los seres del mundo invisible por medio
de un intérprete, es decir, por un médium; ¿cuáles son los que
responderán a su llamamiento? Evidentemente los que están allí
preparados y solo esperan una ocasión para comunicarse. Si en
una asamblea fútil se llama a un espíritu superior, podrá venir y
aún hacer oír algunas palabras razonables, como un buen pastor
viene entre su rebaño descarriado; pero desde el momento que no
es comprendido ni escuchado, se va, como haríais vosotros mismos
en su puesto, y entonces los otros tienen el paso franco.
233. No siempre basta que una asamblea sea formal para
tener comunicaciones de un orden elevado; hay gentes que no
ríen nunca, pero su corazón por esto no es más puro; así, pues, el
corazón sobre todo es el que atrae a los buenos Espíritus. Ninguna
condición moral excluye las comunicaciones espiritistas, pero si
se está en malas condiciones se habla con sus iguales que no hacen
falta para engañarnos y a menudo acarician nuestras
preocupaciones.
Se ve por eso la enorme influencia del medio sobre la
naturaleza de las manifestaciones inteligentes; pero esta influencia
no se ejerce como lo han pretendido algunas personas, cuando
aún no se conocía el mundo de los Espíritus como se conoce hoy,
y antes que experimentos más concluyentes hayan venido a
esclarecer las dudas. Cuando las comunicaciones concuerdan con
la opinión de los asistentes, no es porque esta opinión se refleje
en el Espíritu del médium como un espejo; es porque tenéis entre
vosotros Espíritus que os son simpáticos tanto para el bien como
para el mal, y que abundan en vuestro sentido; y lo que prueba es
que si tenéis la fuerza de atraeros otros Espíritus que aquellos que
os rodean, este mismo médium tendrá para vosotros un lenguaje
enteramente diferente y os dirá las cosas que estén más lejos de
vuestro pensamiento y de vuestras convicciones. En resumen, las
condiciones del centro serán tanto mejores cuanto más
homogeneidad haya para el bien, más sentimientos puros y
elevados y más deseo sincero de instruirse sin ninguna segunda
intención.