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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO VII - BICORPOREIDAD Y TRANSFIGURACIÓN > Apariciones de Espíritus de personas vivas > 115
115. La esposa de uno de nuestros amigos vio diferentes veces durante la noche entrar en su cuarto, con luz o sin ella, una
vendedora de fruta de las cercanías, que conocía de vista, pero a
la cual no había hablado jamás. Esta aparición le causó un espanto
tanto más grande, cuanto que en esta época esta señora no tenía
ningún conocimiento del Espiritismo, y que este fenómeno se
repitió muy a menudo. Pues la vendedora estaba perfectamente
viva, a esta hora probablemente dormía; mientras que su cuerpo
material estaba en casa, su Espíritu y su cuerpo fluídico estaban
en la de esta señora; ¿por qué motivo? Esto es lo que no se sabe.
En semejante caso, un espiritista iniciado en esta clase de cosas
se lo hubiera preguntado, pero dicha señora no tuvo tal idea. Cada
vez la aparición se eclipsaba sin que supiera cómo, y siempre que
desaparecía iba a asegurarse que todas las puertas estaban
perfectamente cerradas, y que nadie había podido introducirse en
su habitación. Esta precaución le probaba que estaba bien despierta
y que no era juguete de un sueño. Otras veces vio de la misma
manera un hombre que no conocía, pero un día vio a su hermano
que estaba en California; tenía de tal modo la apariencia de una
persona real, que en primer momento creyó en su vuelta y quería
dirigirle la palabra, pero desapareció sin darle tiempo. Una carta
recibida posteriormente le acreditó que no había muerto. Esta
señora era lo que se puede llamar un médium vidente natural,
pero como hemos dicho en aquella época no había oído jamás
hablar de médiums.