Usted esta en:
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > PRIMERA PARTE - NOCIONES PRELIMINARES > CAPÍTULO IV - SISTEMAS > 36
36. Cuando los extraños fenómenos del Espiritismo
empezaron o producirse, o mejor dicho, se han renovado en estos
últimos tiempos, el primer sentimiento que excitaron fue el de la
duda sobre su misma realidad y aun más sobre su causa. Cuando
se ha probado por testimonios irrecusables y por las experiencias
que cada uno ha podido hacer, ha acontecido que todos también
los han interpretado a su manera, según sus ideas personales, sus
creencias o sus prevenciones; de aquí, muchos sistemas que una
observación más atenta debía reducir a su justo valor.
Los adversarios del Espiritismo han creído encontrar un
argumento en esta divergencia de opiniones, diciendo que los
mismos espiritistas no están acordes entre sí. Esta es una razón
muy pobre, si se reflexiona que todos los pasos de una ciencia
naciente son necesariamente inciertos hasta que el tiempo haya
permitido reunir y coordinar los hechos que pueden sentar la
opinión; a medida que los hechos se completan y se observan
mejor, las ideas prematuras se borran, y la unidad se establece, al
menos sobre los puntos fundamentales, sino en todos los detalles.
Esto es lo que ha tenido lugar en el Espiritismo; él no podía escapar
de la ley común, y debía por naturaleza, prestarse más que otra
cosa a diversidad de interpretaciones. Se puede aun decir que bajo
este aspecto ha ido más aprisa que las otras ciencias sus
primogénitas, que la medicina por ejemplo, que todavía divide a
los más grandes sabios.