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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO I - ACCIÓN DE LOS ESPÍRITUS SOBRE LA MATERIA > 59
59. Quizá nos preguntarán cómo el Espíritu, con la ayuda
de una materia tan sutil, puede obrar sobre cuerpos pesados y
compactos, levantar mesas, etcétera. Seguramente no sería un
hombre de ciencia quien pudiera hacer semejante objeción;
porque sin hablar de las propiedades desconocidas que puede
tener este nuevo agente, ¿no tenemos nosotros bajo nuestros ojos
ejemplos análogos? ¿Acaso la industria no encuentra sus más
poderosos motores en los gases más rarificados y en los fluidos
imponderables? Cuando se ve que el aire derriba los edificios,
que el vapor arrastra masas enormes, que la pólvora gasificada
levanta rocas, que la electricidad rompe árboles y agujeréa
murallas, ¿es extraño admitir que el Espíritu, con ayuda de su
periespíritu, pueda levantar una mesa, sobre todo, cuando se sabe
que este periespíritu puede venir a ser visible, tangible y obrar
como un cuerpo sólido?