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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO XXIII - DE LA OBSESIÓN > 237
237. En el número de escollos que presenta la práctica del
Espiritismo, es menester poner en primera línea la obsesión, es
decir, el imperio que algunos Espíritus saben tomar sobre ciertas
personas. Esta nunca tiene lugar sino por Espíritus inferiores que
procuran dominar; los Espíritus buenos no hacen experimentar
ninguna contrariedad; aconsejan, combaten las influencias de los
malos, y si no se les escucha se retiran. Los malos, por el contrario,
se unen a aquellos sobre los cuales pueden hacer presa; si llegan a
tomar imperio sobre alguno, se identifican con su propio Espíritu
y le conducen como a un verdadero niño.
La obsesión presenta caracteres diversos que es muy
necesario distinguir, y que resultan del grado de opresión y de la
naturaleza de los efectos que produce. La palabra obsesión es de
algún modo un término genérico por el cual se designa esta especie
de fenómeno cuyas principales variedades son: la obsesión simple,
la fascinación y la subyugación.