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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO I - ACCIÓN DE LOS ESPÍRITUS SOBRE LA MATERIA > 56
56. La forma del periespíritu es la forma humana y cuando
nos aparece es generalmente aquella bajo la cual hemos conocido
al Espíritu en su vida. Se podría creer, según esto, que el
periespíritu, separado de todas las partes del cuerpo, se amolda de
algún modo sobre él y conserva su tipo, pero no parece que sea
así. La forma humana, con algunas diferencias de detalle y salvo
las modificaciones orgánicas necesarias para el centro en el cual
el ser está llamado a vivir, se encuentra en los habitantes de todos
los globos; al menos ésto es lo que dicen los Espíritus; es
igualmente la forma de todos los Espíritus no encarnados y que
no tienen más que el periespíritu; es aquella bajo la que en todo
tiempo se han representado los ángeles o Espíritus puros; de donde
debemos deducir que la forma humana es la forma tipo de todos
los seres humanos a cualquier grado que pertenezcan. Pero la
materia sutil del periespíritu no tiene la tenacidad ni la rigidez de
la materia compacta del cuerpo; es, si podemos expresarnos así,
flexible y expansible por esto la forma que toma, aunque calcada
sobre la del cuerpo, no es absoluta; se pliega a voluntad del
Espíritu, quien puede darle tal o cual apariencia a su gusto, mientras
que la envoltura sólida le ofrece una resistencia insuperable.
Desembarazado de esa traba que le comprimía el periespíritu se
extiende o se estrecha, se transforma, en una palabra, se presta a
todas las metamorfosis, según la voluntad que obra sobre él. A
consecuencia de esta propiedad de su envoltura fluídica, es como
el Espíritu que quiere hacerse reconocer, puede, cuando esto es
necesario, tomar la exacta apariencia que tenía en vida, hasta la
de los accidentes corporales que pueden ser signos de
reconocimiento.
Los Espíritus, como se ve, son, pues, seres semejantes a
nosotros, formando a nuestro alrededor toda una población
invisible en el estado normal; decimos en el estado normal porque,
como lo veremos, esta invisibilidad no es absoluta.