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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO IV - TEORÍA DE LAS MANIFESTACIONES FÍSICAS > Movimientos y suspensiones. – Ruidos. – Aumento y disminución del peso de los cuerpos > 75
75. Estas explicaciones son claras, categóricas y sin
ambigüedad; resalta de ellas este punto capital que el fluido
universal, en el cual reside el principio de la vida, es el agente
principal de las manifestaciones y recibe su impulsión del Espíritu,
ya sea encarnado o errante. Este fluido condensado constituye el
periespíritu o envoltura semimaterial del Espíritu. En estado de
encarnado, el periespíritu está unido a la materia del cuerpo; en
estado errante, es libre; cuando el Espíritu está encarnado, la
sustancia del periespíritu esta más o menos adherente, si se puede
expresar así. Entre ciertas personas hay alguna especie de
emanación de este fluido como consecuencia de su organismo, y
esto es lo que, propiamente hablando, constituye los médiums de
influencias físicas. La emisión del fluido animalizado puede ser
más o menos abundante, su combinación más o menos fácil; de
ahí los médiums más o menos potentes; tampoco es permanente,
y así se explica la intermitencia de esta potencia.