209. La fe en el médium principiante no es una condición
de rigor; secunda, sí, los esfuerzos, sin contradicción, pero no es
indispensable: la pureza de intención, el deseo y la buena voluntad
bastan. Se han visto personas enteramente incrédulas quedarse
del todo admirados al escribir a su pesar, mientras que creyentes
sinceros no lo pueden conseguir; lo que prueba que esta facultad
depende de una predisposición orgánica.