Usted esta en:
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO XVII - FORMACIÓN DE LOS MÉDIUMS > Desarrollo de la mediumnidad > 210
210. El primer indicio de una disposición para escribir es
una especie de estremecimiento en el brazo y en la mano; poco a
poco la mano es arrastrada por un impulso que no puede dominar.
Muchas veces en un principio sólo traza rasgos insignificantes;
luego se dibujan los caracteres poco a poco, haciéndose cada vez
más claros y la escritura acaba por adquirir la rapidez de la escritura
corrida. En todos los casos es precio abandonar la mano a su
movimiento natural y no hacer ni resistencia ni propulsión.
Ciertos médiums escriben de corrido y con facilidad desde
el principio, algunas veces desde la primera sesión, lo que es
bastante raro; otros hacen, durante largo tiempo rayas y verdaderos
ejercicios caligráficos; los Espíritus dicen que esto es para soltarles
la mano. Si estos ejercicios se prolongan demasiado o degeneran
en signos ridículos, no podría dudarse que se ha introducido un
Espíritu atrasado o ligero que se divierte, porque los buenos
Espíritus nunca permiten que se haga nada inútil; es este caso
será preciso redoblar el fervor para llamar su asistencia. Si a pesar
de esto no hay cambio, es preciso detenerse desde que uno se
apercibe que no obtiene nada formal. Cada día puede repetirse la
tentativa, pero conviene cesar a las primeras señales equívocas
para no dar esta satisfacción a los Espíritus burlones.
Además de estas observaciones un Espíritu añade lo
siguiente: Hay médiums cuya facultad no puede pasar de estos
signos: cuando al cabo de algunos meses no se obtienen sino cosas insignificantes, como sí o no o letras sin sentido, es inútil
persistir ensuciando papel; estos son médiums, pero médiums
improductivos. Por lo demás las primeras comunicaciones que se
obtienen no deben considerarse sino como ejercicios que se
confían a Espíritus secundarios; por lo mismo sólo se las debe
dar una mediana importancia, en razón a que los Espíritus que se
emplean en esto son, por decirlo así, como maestros de escritura
para desbastar al médium principiante; porque no creáis nunca
que sean Espíritus elevados los que se ocupan en estos ejercicios
preparatorios que hace el médium; puede suceder que si el médium
no tiene un objeto formal, estos Espíritus permanezcan y se
adhieran a él. Casi todos los médiums han pasado por este crisol
para desarrollarse; a ellos, pues, corresponde hacer todo lo
posible para conseguir la simpatía de los Espíritus
verdaderamente superiores.