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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO XIV - DE LOS MÉDIUMS > 4. Médiums parlantes > 166
166. Los médiums auditivos que no hacen más que transmitir
lo que ellos oyen, no son propiamente hablando médiums
parlantes; estos últimos muy a menudo no oyen nada; en ellos el
Espíritu obra sobre los órganos de la palabra, como obra sobre la
mano de los médiums escribientes. El Espíritu, queriendo
comunicarse, se sirve del órgano que encuentra más flexible en el
médium; a uno toma prestada la mano, a otro la palabra, a un
tercero el oído. El médium parlante se expresa, generalmente, sin
tener conciencia de lo que dice, y muchas veces dice cosas
completamente fuera de sus ideas habituales, de sus conocimientos
y aun del alcance de su inteligencia. Aunque esté enteramente
despierto y en un estado normal, rara vez conserva el recuerdo de
lo que ha dicho; digámoslo de una vez, la palabra es un instrumento
del cual se sirve el Espíritu, y con el que puede entrar en comunicación una persona extraña, como puede hacerlo por
mediación del médium auditivo.
El papel pasivo del médium parlante no es siempre tan
completo; los hay que tienen la intuición de lo que dicen en el
mismo momento en que pronuncian las palabras. Volveremos a
hablar sobre esta variedad, cuando tratemos de los médiums
intuitivos.