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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO XIII - PSYCOGRAFÍA > Psycografía directa o manual > 158
158. Al principio de las manifestaciones, cuando se tenían
sobre este objeto ideas menos precisas, se publicaron muchos
escritos con esta designación: Comunicaciones de una cestita, de
una tablita, de una mesita, etc. Hoy día se comprende lo
insuficiente y erróneo de estas palabras hecha abstracción de su
carácter poco formal. En efecto como acabamos de ver, las mesas,
tablitas y cestitas, no son más que instrumentos ininteligentes,
aunque animados momentáneamente de una vida ficticia, y que
no pueden comunicar nada por sí mismas; esto es tomar el efecto
por la causa, el instrumento por el principio; esto equivaldría a
que un autor pusiera sobre el título de su obra que la escribió con
una pluma metálica o una pluma de ave. Por otra parte estos
instrumentos no son absolutos; conocemos a uno que en lugar de
la cestita trompo que hemos descrito, se servía de un embudo o
gollete por el cual pasaba el lápiz. Se hubieran, pues, podido tener
las comunicaciones de un embudo, lo mismo que de una cazuela
o de una ensaladera. Si han tenido lugar por medio de golpes, y
que estos golpes los haya dado una silla o un bastón, tampoco es
una mesa parlante, sino una silla o un bastón parlante. Lo que
importa conocer no es la naturaleza del instrumento, sino el modo
como se obtiene. Si la comunicación ha tenido lugar por la
escritura, cualquier que sea el instrumento que ha sostenido el
lápiz, para nosotros es la psycografía; si es por los golpes, es la
typtología. Tomando el Espiritismo las proporciones de una
ciencia, le es preciso un lenguaje científico.