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EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS > SEGUNDA PARTE - DE LAS MANIFESTACIONES ESPÍRITAS > CAPÍTULO XXI - INFLUENCIA DEL CENTRO > 233
233. No siempre basta que una asamblea sea formal para
tener comunicaciones de un orden elevado; hay gentes que no
ríen nunca, pero su corazón por esto no es más puro; así, pues, el
corazón sobre todo es el que atrae a los buenos Espíritus. Ninguna
condición moral excluye las comunicaciones espiritistas, pero si
se está en malas condiciones se habla con sus iguales que no hacen
falta para engañarnos y a menudo acarician nuestras
preocupaciones.
Se ve por eso la enorme influencia del medio sobre la
naturaleza de las manifestaciones inteligentes; pero esta influencia
no se ejerce como lo han pretendido algunas personas, cuando
aún no se conocía el mundo de los Espíritus como se conoce hoy,
y antes que experimentos más concluyentes hayan venido a
esclarecer las dudas. Cuando las comunicaciones concuerdan con
la opinión de los asistentes, no es porque esta opinión se refleje
en el Espíritu del médium como un espejo; es porque tenéis entre
vosotros Espíritus que os son simpáticos tanto para el bien como
para el mal, y que abundan en vuestro sentido; y lo que prueba es
que si tenéis la fuerza de atraeros otros Espíritus que aquellos que
os rodean, este mismo médium tendrá para vosotros un lenguaje
enteramente diferente y os dirá las cosas que estén más lejos de
vuestro pensamiento y de vuestras convicciones. En resumen, las
condiciones del centro serán tanto mejores cuanto más
homogeneidad haya para el bien, más sentimientos puros y
elevados y más deseo sincero de instruirse sin ninguna segunda
intención.