EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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58. “Tomás, uno de los doce apóstoles, llamado Dídimo, no se encontraba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos entonces le dijeron: ‘Vimos al Señor’. Él, con todo, les dijo: ‘Si yo no veo en sus manos las marcas de los clavos que las atravesaron, y no pongo el dedo en el agujero hecho por los clavos y mi mano en la herida de su costado, no creeré’.


”Ocho días después, estaban de nuevo los discípulos en el mismo lugar, y con ellos Tomás. Jesús se presentó, hallándose las puertas cerradas, y colocándose en medio de ellos les dijo: ‘La paz sea con vosotros’.


”Dijo luego a Tomás: ‘Pon aquí tu dedo y observa mis manos; extiende también tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino fiel’. Tomás le respondió: ‘¡Señor mío y Dios mío!’ Jesús le dijo: ‘Tú creíste porque has visto; dichosos los que sin haber visto creyeron’.” (San Juan, 20:24 a 29.)