EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Usted esta en: EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO II - Dios > Existencia de Dios > 4
4. Reconocemos la presencia del hombre en sus obras. La existencia del hombre antediluviano se comprueba no sólo por los fósiles humanos hallados, sino también, y con igual certeza, por los objetos trabajados por él mismo que se encontraron: un fragmento de ánfora, una piedra tallada, un arma, un ladrillo. El grado de inteligencia y adelanto de quienes han realizado dichos trabajos se reconoce por la imperfección o delicadeza de los mismos. Si visitamos un país habitado exclusivamente por salvajes y descubrimos una estatua digna de Fidias, inmediatamente nos haríamos el siguiente razonamiento: los salvajes no pueden ser los autores, por lo tanto, la estatua es obra de una inteligencia superior.