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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO IV - Papel de la Ciencia acerca del Génesis > 3
3. El hombre fue impotente para resolver el problema de la Creación hasta tanto la ciencia
no le tendió la mano. Fue preciso que la Astronomía le abriese las puertas del espacio infinito y le
dejase escudriñar sus inmensidades; el cálculo le permitiese determinar con rigurosa precisión el
movimiento, posición, volumen, naturaleza y papel de los cuerpos celestes; que la Física le revelase
las leyes de gravedad, del calor, la luz y la electricidad; que la Química le enseñase las
transformaciones de la materia; la Minerología los materiales que forman la corteza del planeta y la
Geología le enseñase a leer en los estratos terrestres la formación gradual de nuestro globo. La
Botánica, la Zoología, la Paleontología y la Antropología le iniciarán en lo que respecta al
parentesco y sucesión de los seres organizados; la Arqueología le enseñaría a seguir las huellas de la
Humanidad a través de las edades. Todas las ciencias, en suma, complementándose mutuamente,
aportarían su acervo indispensable para el conocimiento de la historia terrestre. Mientras ellas no
existían el hombre sólo podía guiarse por sus primeras hipótesis.
Antes de que el hombre tomase posesión de estos elementos de apreciación, el razonamiento
de los estudiosos del génesis se topaba con imposibilidades materiales, giraba en un mismo círculo
de ideas sin posibilidad de encontrar la salida. Sólo cuando la ciencia avanzó, abriendo una brecha
en el vetusto edificio de las creencias, todo cambió de aspecto y se logró marchar sin tropiezos. Una
vez hallado el hilo conductor, las dificultades se allanaron rápidamente. En vez de un génesis
imaginario se estableció un génesis positivo y, en cierta forma, experimental. El campo del
Universo se extendió hasta lo infinito. Se conoció cómo se formaron gradualmente la Tierra y los
astros, conforme a las leyes eternas e inmutables que testimonian mucho mejor la grandeza y
sabiduría divina que una creación milagrosa salida de súbito de la nada, por una idea repentina de la
Divinidad, después de una eternidad de inactividad.
Ya que es imposible entender el génesis sin los datos que ofrece la ciencia, se puede decir
con toda autenticidad que la ciencia es la encargada de explicar el génesis según las leyes de la
Naturaleza.