Usted esta en:
EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO I - Caracteres de la revelación espírita > 5
5. Pero el profesor sólo enseña aquello que ha aprendido: es un revelador de segundo orden.
El hombre de genio enseña lo que ha descubierto sin ayuda, es el revelador primario. Crea la luz
que luego progresivamente se expande. ¡Dónde estaría la Humanidad sin las revelaciones de esos
hombres de genio que aparecen de tanto en tanto!
¿Cómo definir a un hombre de genio? ¿Por qué son hombres de genio? ¿De dónde
provienen? ¿Hacia dónde van? Notemos que la mayor parte de ellos traen al nacer facultades
trascendentes y conocimientos innatos. Un poco de trabajo les basta para desarrollarlos. Sin duda,
son parte de la Humanidad, ya que nacen, viven y mueren como nosotros. Entonces, ¿de dónde
provienen esos conocimientos que han adquirido en vida? ¿Opinaremos, como los materialistas, que
la suerte los ha dotado de un cerebro de mayor tamaño y mejor calidad que el nuestro? Si así fuese,
no tendrían más mérito que una legumbre más grande y sabrosa que otra.
¿O diremos, como ciertos espiritualistas, que Dios los ha dotado de un alma mejor que la del
común de los mortales? Suposición también carente de lógica, ya que acusaría a Dios de parcial. La
única solución racional para este problema reside en la preexistencia del alma y en la pluralidad de
existencias. El hombre de genio es un espíritu que vivió más tiempo y que tiene, en consecuencia,
mayor terreno ganado que aquellos otros más atrasados. Cuando encarna, trae consigo lo que sabe,
y como sabe mucho más que los demás sin necesidad de aprender, se le llama hombre de genio. Sin
embargo, todo lo que sabe es fruto del trabajo anterior y no el resultado de un privilegio. Antes de
renacer, era un espíritu avanzado. Su reencarnación tiene por objeto enseñar lo que sabe a los demás
o adquirir nuevos conocimientos.
Los hombres progresan, indudablemente, gracias a sí mismos y al esfuerzo de su
inteligencia. Pero si fuesen librados a sus propias fuerzas y no contasen con la ayuda de hombres
más avanzados que ellos, el progreso sería lento, tal como ocurre con los estudiantes sin profesor.
Todos los pueblos han tenido sus hombres de genio, quienes han aparecido en diferentes épocas
para darles un impulso y sacarlos de la inercia.