17. ¿Será el principio vital algo distinto, que tiene existencia
propia? ¿O bien, integrado en el sistema de la unidad del elemento
generador, no es más que un estado particular, una de las modificaciones
del fluido cósmico universal, mediante la cual este se convierte
en el principio de vida, del mismo modo que se convierte en
luz, fuego, calor, electricidad? En este último sentido, las comunicaciones
que hemos reproducido más arriba resuelven el problema.
(Véase el Capítulo VI: Uranografía general.)
No obstante, sea cual fuere la opinión que se tenga sobre
la naturaleza del principio vital, lo cierto es que existe, pues observamos
sus efectos. Por lo tanto, podemos admitir lógicamente
que, al formarse, los seres orgánicos han asimilado el principio vital,
pues este es necesario para su destino; o si se prefiere, que ese
principio se desarrolló en cada individuo por efecto mismo de la
combinación de los elementos, tal como se desarrollan en ciertas
circunstancias el calor, la luz y la electricidad.