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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO VI - Uranografía general > Las estrellas fijas > 44
44. Y estos astros, innumerables en cantidad, viven todos una vida solidaria, pues así como
nada se encuentra aislado en la organización de vuestro pequeño mundo terrestre, nada tampoco
está aislado en el Universo inconmensurable.
Al ojo investigador del filósofo que supiese abarcar el cuadro que se despliega a través del
espacio y el tiempo, estos sistemas de sistemas, vistos a distancia, le parecerían polvo de perlas de
oro levantado en torbellino por el soplo divino que hace rodar los mundos siderales en los cielos,
como los vientos agitan a las arenas del desierto.
¡No más inmovilidad, no más silencio ni más noche! El gran espectáculo que se desarrollaría
así ante nuestros ojos sería el de la Creación real, inmensa y llena de vida etérea que abarca en el
conjunto inmenso la visión infinita del Creador.
Pero hasta ahora hemos hablado únicamente de una nebulosa. Sus millones de soles, sus
millones de mundos habitados sólo constituyen -como ya lo hemos dicho-, una isla en el
archipiélago infinito.