EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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5. La formación de las nubes por evaporación de las aguas era desconocida. Nadie en aquella época podía imaginarse que la lluvia que cae del cielo tuviese su origen en la Tierra, ya que no se veía al agua subir. De ahí proviene la creencia en la existencia de aguas superiores y aguas inferiores, fuentes celestes y fuentes terrestres, depósitos ubicados en las regiones altas: suposición que concordaba perfectamente con la idea de una bóveda capaz de mantenerlos. Las aguas superiores se escapaban por las fisuras de la bóveda y caían en forma de lluvia, la cual, según la amplitud de las aberturas, era escasa o torrencial.