Llevar su cruz. - El que quisiera salvar su vida, la perderá
17. Bienaventurados seréis, cuando os aborrecieran los hombres y os
apartaren de sí, y os ultrajaren y desecharen vuestro nombre como malo por el
Hijo del hombre. - Gozáos en aquel día y regocijáos: porque vuestro galardón
grande es en el Cielo: porque de esta manera trataban a los profetas los padres de
ellos. (San Lucas, cap. VI, v. 22 y 23).
18. Y convocando al pueblo con sus discípulos, les dijo: si alguno quiere
seguirme niéguese a sí mismo: y tome su cruz, y sigame. - Porque el que quisiera
salvar su vida la perderá, mas el que perdiese su vida, por mí y por el Evangelio la
salvará. - Porque, ¿qué aprovechará al hombre si granjease todo el mundo y
pierde su alma? (San Marcos, cap. VIII, v. 34 a 36. - San Lucas, cap. IX, v. 23 a
25. - San Mateo, cap. X, v. 33. - San Juan, cap. XII, v. 24 y 25).
19. Regocijáos, dijo Jesús, cuando los hombres os aborrecerán y os perseguirán
por mi causa, porque el cielo os recompensará. Estas palabras pueden traducirse de este
modo: Sed felices cuando los hombres, por su mal querer hacia vosotros, os
proporcionen la ocasión de probar la sinceridad de vuestra fe, porque el mal que os
hacen se vuelve en provecho vuestro. Compadecedles, pues, por su ceguedad, y no les
maldigáis.
Después añade: "Que el que quiera seguirme lleve su cruz"; es decir, que sobrelleve con
ánimo las tribulaciones que su fe le proporcionará; porque el que quisiera salvar su vida y sus bienes
renunciando a mí, perderá las ventajas del reino de los cielos, mientras que aquellos que
lo habrán perdido todo en la tierra, y aun la vida por el triunfo de la verdad, recibirán en
la vida futura el precio de su valor, de su perseverancia y de su abnegación; pero
aquellos que sacrifican los bienes celestes a los goces terrestres, Dios dice: Vosotros
habéis recibido ya vuestra recompensa.