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EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo > PRIMERA PARTE > CAPÍTULO I - El porvenir y la nada > 9
9. Desde el punto de vista moral, las consecuencias son también ilógicas. Por de pronto es
para las almas, como en el sistema precedente, la absorción en un todo y la pérdida de la
individualidad. Si se admite, según la opinión de algunos panteístas, que conservan su
individualidad, Dios no tiene ya una voluntad única, es un compuesto de millones de voluntades
divergentes. Siendo, pues, cada alma parte integrante de la Divinidad, ninguna es dominada por
una potencia superior. No asume, por consiguiente, ninguna responsabilidad por sus actos buenos o
malos, ni tiene interés alguno en hacer el bien, y puede hacer el mal impunemente, puesto que es
señora soberana.