EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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9. Desde el punto de vista moral, las consecuencias son también ilógicas. Por de pronto es para las almas, como en el sistema precedente, la absorción en un todo y la pérdida de la individualidad. Si se admite, según la opinión de algunos panteístas, que conservan su individualidad, Dios no tiene ya una voluntad única, es un compuesto de millones de voluntades divergentes. Siendo, pues, cada alma parte integrante de la Divinidad, ninguna es dominada por una potencia superior. No asume, por consiguiente, ninguna responsabilidad por sus actos buenos o malos, ni tiene interés alguno en hacer el bien, y puede hacer el mal impunemente, puesto que es señora soberana.